![Orbitando a 1720 kilómetros sobre la Tierra, una “rueda” inflada de un ancho de 75 metros de nailon reforzado que fue concebida a principios de los 50 para funcionar como asistencia a la navegación, estación meteorológica, plataforma militar y estación de paso para la exploración espacial por el pionero cohetero Wernher von Braun. [<A HREF= http://antwrp.gsfc.nasa.gov/apod/ap980328.html target=_blank>Más información</A> de NASA/Imagen del día por Goddard´s Astronomy]](headlines/images/vonbraun/vonb_wheel.gif)
Orbitando a 1720 kilómetros sobre la Tierra, una “rueda” inflada de un ancho de 75 metros de nailon reforzado que fue concebida a principios de los 50 para funcionar como asistencia a la navegación, estación meteorológica, plataforma militar y estación de paso para la exploración espacial por el pionero cohetero Wernher von Braun. [Más información de NASA/Imagen del día por Goddard´s Astronomy]
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El transbordador espacial Atlantis ha pasado gran parte de esta semana anclado a la Estación Espacial Internacional (ISS), volando alrededor del planeta a 27.200 km/h en el espacio sin aire a 320 kilómetros sobre nuestras cabezas. Los astronautas están llevando baterías y reservas a la Estación en la cuarta de las más de cuarenta misiones que pronto la convertirán en una estación de ocupación permanente en el espacio.
Mucho antes de que este extraordinario proyecto se pusiera en marcha, la idea de una estación espacial permanente donde la gente viviera y trabajara ya existía en la mente de los escritores de ciencia-ficción y en la imaginación de aquellos que leían sus libros.
Entre aquellos fascinados por los cuentos de hombres y mujeres viviendo en el espacio estaba un chico adolescente criado en Alemania en los años 20. El joven Wernher von Braun estaba tan fascinado por el sueño del viaje espacial que dedicó su vida a la ciencia espacial y a la cohetería. |Tras un camino tortuoso que le condujo a través de la Alemania nazi (los SS y la Gestapo le arrestaron una vez por crímenes contra el estado debido a que él persistía en hablar sobre la construcción de cohetes que se pondrían en órbita alrededor de la Tierra y quizá irían hasta la Luna), Wernher von Braun llegó a convertirse en uno de los líderes del programa espacial estadounidense y en una celebridad por sus predicciones sobre la Era Espacial que se aproximaba.

Wernher von Braun (derecha) posa junto a Walt Disney (izquierda). [El entusiasmo del público provocado por los programas y el artículo de Collier, del que publicaron 4 millones de copias, es considerado por algunos historiadores como un punto de inflexión en la persecución estadounidense de la carrera espacial.
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En un revolucionario artículo de la revista Collier en 1952 (cinco años antes del Sputnik), von Braun une la fantasía y la física en su visión de cómo podía ser utilizada la tecnología entonces existente para situar una estación espacial permanente en órbita alrededor de la Tierra.
Poco después, von Braun apareció en un programa de televisión de Disney que constaba de tres capítulos, que él mismo ayudó a producir, sobre el futuro de los viajes espaciales. Los capítulos 'El hombre en el espacio', 'El hombre en la Luna' y 'Marte y más allá' fueron tremendamente famosos.
“Von Braun provocó un gran cambio en la opinión pública en lo referente a los viajes espaciales', dijo Mike Wright, historiador del Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA en Hunstville (Alabama) en el que von Braun llevó a cabo gran parte de su trabajo.
“Sustituyó la idea de una exploración espacial pacífica (la idea de ir a otros planetas) por el reino de un potencial, de una realidad”, dijo Wright.
Wright dijo que la gente se tomó muy en serio las predicciones de von Braun. Después de todo, von Braun fue el director técnico del Grupo de Desarrollo de Misiles Guiados de la Artillería del Ejército en ese momento, y más tarde se convirtió en el director del Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA.
En otras palabras, sabía de lo que estaba hablando.
De todas formas, la concepción de una estación espacial de von Braun parece bastante diferente del diseño de la Estación Espacial Internacional.
![Esta ilustración digital artística muestra la Estación Espacial Internacional pasando sobre el estrecho de Gibraltar y el Mar Mediterráneo después de que todos los ensamblajes se completaran en 2003. [<A HREF= http://spaceflight.nasa.gov/gallery/images/station/artistconcept/html/s97_10538.html target=_blank>Más información</A> en spaceflight.nasa.gov] Muchos de estos detalles fueron visionados por von Braun, pero el concepto de una estación espacial con forma de rueda había sido concebido antes.](headlines/images/vonbraun/s97_10538.jpg)
Esta ilustración digital artística muestra la Estación Espacial Internacional pasando sobre el estrecho de Gibraltar y el Mar Mediterráneo después de que todos los ensamblajes se completaran en 2003. [Más información en spaceflight.nasa.gov] Muchos de estos detalles fueron visionados por von Braun, pero el concepto de una estación espacial con forma de rueda había sido concebido antes.
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Mientras que la Estación Espacial Internacional se parece más a algo construido desde un kit de construcción, las ilustraciones del artículo de Collier se parecen a la estación espacial de la película 2001: Odisea en el espacio. Con forma de rueda con dos radios, la estación espacial de von Braun giraría como un tiovivo para crear la fuerza centrífuga necesaria que actuaría como una gravedad falsa. Dentro de la rueda, tres plataformas darían cobijo al equipo de telecomunicaciones, los observatorios terrestres, los centros de control militares, los centros de pronóstico meteorológico, el quipo de navegación, el espacio-vivienda y las turbinas generadoras de fuerza de vapor de mercurio que facilitarían las muchas funciones que von Braun imaginó que llevaría a cabo la estación.
Muchos de estos detalles fueron visionados por von Braun, pero el concepto de una estación espacial con forma de rueda había sido concebido antes.
En el libro El problema del viaje espacial (1928) de Herman Potocnik se exponen unos planos detallados de una estación espacial de forma de rueda que él llamó 'La rueda hábitat'.
En 1926, cuando tenía 14 años, von Braun encontró la inspiración en “The Rocket Into Planetary Space” del físico alemán Hermann Oberth. (Tan sólo cuatro años después, von Braun estaría trabajando como asistente de Oberth en su programa de cohetería). Los trabajos de ciencia ficción de julio Verne, tales como De la tierra a la luna, también inspiraron al joven von Braun, según Wright. La historia fue publicada en inglés en 1873.
La película de Stanley Kubrick 2001: Odisea en el espacio popuilarizó la idea de las estaciones espaciales en la era Apolo y post-Apolo, pero ya se conocía un interés de ficción real por una estación espacial en 1869, cuando Edward Everett Hale publicó una historia llamada The Brick Moon. En esa historia, Hale describió un satélite tripulado que funcionaba como un ayudante de navegación para los barcos en el mar. Antes de eso, las fantasías sobre los viajes espaciales se remontan al siglo II b.C., cuando el retórico griego Luciano escribió un informe sobre un viaje a la Luna.

Recuerdo de Duane Hilton sobre la famosa estación espacial de la película 2001: Odisea en el espacio. La visión de la película a finales de los 60 inspiraría a Hilton para convertirse en un artista espacial más tarde.
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Pero mientras que los viajes espaciales y las estaciones espaciales han aparecido con frecuencia en escritos de ciencia ficción y especulación científica, von Braun proporcionó carisma y sapiencia política a la causa.
“Él fue revolucionario en su ciencia e ingeniería, pero también fue revolucionario en su enfoque directo hacia el público”, dijo Wright. “Von Braun dijo que nosotros (los científicos) podemos publicar informes científicos y especular hasta que el infierno se congele, pero si no captamos la atención del contribuyente, no vamos a ninguna parte”.
La primera frase del artículo de Collier en 1952 llamó la atención de la gente con toda seguridad. A la sombra de la creciente Guerra Fría, von Braun comenzó su profecía espacial.
“En los próximos 10 ó 15 años, la Tierra tendrá un nuevo compañero en los cielos, un satélite hecho por el hombre que podría ser tanto una de las mayores fuerzas de paz nunca vistas, como una de las más temibles armas de guerra… dependiendo de quién las haga y las controle”.
Seguramente, von Braun hubiera estado muy satisfecho de ver que uno de sus sueños (la Estación Espacial Internacional) por fin se ha convertido en realidad. Y mejor aún, la estación espacial de 2000 no es un arma, como von Braun temió, sino un esfuerzo cooperativo sin precedentes de 16 naciones incluidos los Estados Unidos y Rusia.