Enviado por : Heber Rizzo 2024-04-27 01:12:00 El cometa al que se le rompió el corazón
VLT fotografía la desintegración del cometa P73/Schwassmann-Wachmann 3. Comunicado de Prensa ESO PR 15/06. En la noche del 23 al 24 de abril, el Telescopio Muy Grande (VLT) de ESO observó el fragmento B del cometa Schwassmann-Wachmann 3 que se había dividido unos días antes. Para su gran sorpresa, los astrónomos de ESO descubrieron que el trozo recién eyectado por el fragmento B se estaba dividiendo nuevamente. En la imagen también son visibles otros cinco mini-cometas. Por lo tanto, el cometa parece destinado a desintegrarse, pero permanece la pregunta de en cuanto tiempo lo hará. El cometa P73/Schwassmann-Wachmann 3 (SW3) es un objeto con un pasado muy tormentoso. Este cometa gira alrededor del Sol en unos 5,4 años, en una órbita muy alargada que lo lleva desde el interior de la órbita terrestre hasta las cercanías del gigantesco Júpiter. En 1995, cuando se estaba “acercando” a la Tierra, experimentó un dramático y completamente inesperado aumento de mil veces en su luminosidad. Observaciones realizadas en 1996 con el Telescopio de Nueva Tecnología de ESO y el telescopio de 3,6 metros en La Silla, mostraron que eso se debía al hecho de que el cometa se había dividido en tres trozos bien separados. Más tarde, en diciembre de 1996, se descubrieron otros dos fragmentos. En su último regreso, en 2001, de esos cinco fragmentos solamente se podían ver todavía a tres de ellos, los fragmentos C (el mayor), el B y el E. Aparentemente, durante ese acercamiento no se produjeron nuevas fragmentaciones. Esta vez, las cosas fueron diferentes, cuando el cometa se movió nuevamente hacia su máxima aproximación al Sol... y a la Tierra. A principios de marzo, se observaron siete fragmentos, con el más luminoso (fragmento C) presentando una magnitud de 12, es decir, 250 veces menos luminoso que lo que se puede ver a simple vista, mientras que el fragmento B era 10 veces menos luminoso todavía. A lo largo del mes de marzo, se observaron seis nuevos fragmentos. A principios de abril, el fragmento B estalló, aumentando su brillo en un factor de 10, y el 7 de abril se descubrieron seis nuevos fragmentos, confirmando el alto grado de fragmentación del cometa. El 12 de abril, el fragmento B ya era tan luminoso como el fragmento C, con una magnitud de alrededor de 9 (16 veces menos luminoso que lo que un observador agudo puede ver a simple vista). Parecería que el fragmento B se ha dividido nuevamente, elevando el total de fragmentos a un número cercano a 40, siendo algunos de ellos probablemente objetos muy pequeños, del tamaño de rocas con actividad irregular y de corta duración. Las nuevas observaciones revelan que este nuevo pequeño fragmento se ha dividido nuevamente. La imagen muestra claramente que debajo del fragmento B principal hay otro pequeño fragmento que está dividido en dos y un análisis cuidadoso revela otros cinco fragmentos diminutos que están casi en línea. Así, solamente esta imagen muestra al menos siete fragmentos. ¡El cometa ha producido todo un conjunto de mini-cometas! ¿Continuará el proceso? ¿Se formarán más y más fragmentos y finalmente se desintegrará el cometa? ¿Cuán luminosos serán esos fragmentos cuando el cometa esté en su punto más cercano a la Tierra, del 11 al 14 de mayo, y cuántos nuevos fragmentos aparecerán antes de que el cometa alcance su máxima aproximación al Sol, alrededor del 7 de junio? El fragmento C debería estar más próximo a la Tierra el 11 de mayo, cuando se encuentre a unos 12 millones de kilómetros de distancia, mientras que el fragmento B se acercará “a tanto” como 10 millones de kilómetros el 14 de mayo. Aunque este será el cometa que haya estado más cerca de la Tierra en más de 20 años (incluso la máxima aproximación del cometa Hyakutake fue a 15 millones de kilómetros), esta distancia es todavía 26 veces mayor que la que separa a la Tierra de la Luna, y por lo tanto no representa ninguna amenaza para nuestro planeta. Si no sucede nada más, en el momento de máxima aproximación el fragmento B será apenas visible a simple vista para los observadores experimentados. Sin embargo, debería ser un blanco fácil para observar con binoculares. Quizás tengamos la suerte de que el fragmento B presente otro estallido, y se convertirá entonces en una visión magnífica en el cielo nocturno. Por otro lado, el fragmento principal C debería ser todavía visible, posiblemente incluso a simple vista. Los telescopios de ESO observarán al cometa con gran detalle a fines de mayo, cuando sea mejor observado desde Chile y muestre su mayor luminosidad. Estas observaciones proporcionarán una información invaluable, especialmente cuando el proceso de fragmentación está revelando todo el material prístino escondido debajo de la corteza del cometa. Como tales, estas observaciones probarán ser un complemento ideal para la más completa campaña de observación realizada con los telescopios de ESO sobre el cometa Tempel 1, cuando fue bombardeado por la sonda Deep Impact el 4 de julio de 2005. NOTAS: En tiempos históricos se ha observado la división de unos 30 cometas, y este proceso siempre ha sido acompañado de un aumento significativo de la luminosidad. Por ejemplo, el núcleo del cometa Shoemaker-Levy 9 se rompió en al menos 21 trozos individuales cuando pasó muy cerca de Júpiter el 9 de julio de 1992; esta fue la razón por la cual se volvió lo suficientemente brillante como para ser detectado ocho meses más tarde. En el caso de SW-3, la apertura de fisuras y la división subsiguiente tuvo lugar lejos de cualquier planeta y debe, de algún modo, haber sido causada por el aumento del calentamiento solar. Es posible que ya se hubieran formado grandes fisuras y rajaduras en el irregular núcleo helado incluso antes del perihelio, cuando la temperatura superficial comenzó a aumentar. Por lo tanto, un material completamente “fresco” se vio expuesto a la luz solar, y la velocidad de evaporación aumentó rápidamente, liberando más gas y polvo hacia el espacio. En el curso de este proceso, las fisuras se agrandaron gradualmente hasta que la ruptura definitiva se produjo un poco más tarde. El cometa Schwassmann-Wachmann 3 fue descubierto el 2 de mayo de 1930, en una placa fotográfica obtenida en el Observatorio de Hamburgo (Alemania), por dos astrónomos del instituto, Arnold Schwassmann y Arthur Arno Wachmann. Las observaciones subsiguientes mostraron que el cometa se movía en una órbita elíptica con un período de revolución de algo más de 5 años. Se realizaron grandes esfuerzos para observar al cometa durante los siguientes regresos, pero no se lo pudo recuperar hasta casi 50 años y ocho revoluciones más tarde, cuando su débil imagen se encontró en una placa obtenida en agosto de 1979 con un telescopio del Observatorio Perth en Australia Occidental. Se lo perdió en 1984, pero fue visto nuevamente en 1989, y desde entonces ha sido observado en cada aproximación cercana. Así que el cometa ha sido observado únicamente durante seis de las quince aproximaciones ocurridas desde 1930. Si bien esto pueda ser debido en parte a la menos ventajosa localización en el cielo en algunos de esos regresos, es también un fuerte indicio de que el cometa se comporta en forma impredecible y que debe presentar una luminosidad bastante variable. Los cálculos orbitales han demostrado que fue insertado en la actual órbita de corto período por el fuerte tirón gravitatorio de Júpiter durante varios y relativamente cercanos encuentros con este gigantesco planeta. Por ejemplo, pasó cerca de Júpiter a una distancia de unos 30 millones de kilómetros en 1882 y en 1894, y nuevamente a 40 millones de kilómetros en 1965. SW-3 pertenece a la así llamada “familia Júpiter” de cometas. Las observaciones se realizaron con el instrumento multi-modo FORS1 adosado a Kueyen, la segunda Unidad Telescopio de 8,2 metros del Telescopio Muy Grande localizado en Cerro Paranal, Chile. El fragmento fue observado en cuatro bandas (B, V, R e I) por un total de 30 minutos por Emmanuel Jehin, Olivier Hainaut, Michelle Doherty, y Christian Herrera, todos de ESO. Los astrónomos hicieron que el telescopio siguiera al cometa, lo que explica porqué las estrellas aparecen como líneas de puntos coloreados, con cada color correspondiendo al orden en que las observaciones fueron realizadas con los diferentes filtros. En el momento de las observaciones, el cometa se encontraba a 26,6 millones de kilómetros de distancia, en la constelación Corona Borealis. La visión fue de 1,5” ya que el cometa fue observado cuando se encontraba bastante bajo sobre el horizonte, tal como se lo veía desde Paranal. El procesamiento final de la imagen fue realizado por Haennes Heyer y Olivia Blanchemain (ESO). Se prevéen más observaciones del cometa desde el 20 hasta el 30 de mayo con telescopios de ESO en las tres localidades de La Silla (NTT, y 3,6 metros), Paranal (VLT) y Chajnantor (APEX). Estas observaciones estudiarán aspectos tan diversos como la presencia de compuestos orgánicos en el polvo, la composición de este polvo, la estructura de la coma, y la presencia de agua de deuterio. Contactos nacionales para los medios Bélgica - Dr. Rodrigo Alvarez +32-2-474 70 50 [email protected] Finlandia - Ms. Riitta Tirronen +358 9 7748 8369 [email protected] Dinamarca - Dr. Michael Linden-Vørnle +45-33-18 19 97 [email protected] Francia - Dr. Daniel Kunth +33-1-44 32 80 85 [email protected] Alemania - Dr. Jakob Staude +49-6221-528229 [email protected] Italia - Dr. Leopoldo Benacchio [email protected] Holanda - Ms. Marieke Baan +31-20-525 74 80 [email protected] Portugal - Prof. Teresa Lago +351-22-089 833 [email protected] Suecia - Dr. Jesper Sollerman +46-8-55 37 85 54 [email protected] Suiza - Dr. Martin Steinacher +41-31-324 23 82 [email protected] Reino Unido - Mr. Peter Barratt +44-1793-44 20 25 [email protected]
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