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Enviado por : Liberto Brun Compte 2004-12-02 08:35:00 Némesis - ¿Tiene el Sol una compañera? (1)
Cuando se piensa en grande, como lo hace Richard A. Muller, se es propenso a crear ideas de vez en cuando que lo obligan a uno a hacer lo que no quiere y que no puede deshacerse de ellas – ideas tan extravagantes que los científicos se muestran inclinados a desecharlas. Muller, un físico de la Universidad de California en Berkeley, ha tenido sus grandes ideas. Si no tomamos en consideración el restaurante que tuvo entre los años 1976 y 1982, las ideas de Muller generalmente echan raíces en la ciencia y la extrapolación genial. Tiene toda una colección de premios de prestigio para demostrarlo, con títulos que dicen cosas como “sobresaliente” y “altamente original”. ![]() Némesis es apoyada cautelosamente por un grupo de científicos, que a menudo parecen como los seguidores de un boxeador por obtener una victoria pero sin ellos ponerse los guantes. Muller mientras tanto acepta que la idea podría estar equivocada, pero confía en que Némesis será descubierta dentro de 10 años. "Denme un millón de dólares y la encontraré”, dijo Muller en una entrevista telefónica. Valientes palabras para una teoría atrevida que si demostrase ser cierta movería los cimientos respecto de la formación y evolución de nuestro sistema solar. La idea de Muller por Némesis le llegó en 1983. Luis Álvarez, en aquel entonces profesor emérito de física en la Universidad de California en Berkeley y su hijo Walter habían lanzado una teoría respecto de un impacto gigante que había borrado de la Tierra a los dinosaurios. (Esta idea fue originalmente criticada por no estar dentro de las corrientes normales de la época) Alrededor de las mismas fechas, otros dos investigadores habían sugerido otra idea controvertida en el sentido que las extinciones ocurrían a intervalos regulares – cada 26 millones de años más o menos. Los científicos juntaron las ideas en una nueva y sorprendente posibilidad: Los impactos de rocas espaciales estaban ocasionando la destrucción global masiva de especies cada 26 millones de años. Luis Álvarez era el mentor de Richard Muller y sugirió que tratase de ridiculizar la periodicidad de tal argumento. Meditando sobre esto, Muller inventó la dudosa compañera del Sol como causa probable y con la ayuda de Piet Hut de Berkeley y Marc Davis de Princeton, trabajaron sobre los detalles. Muller nombró al objeto con el nombre de la diosa Griega del castigo justo – conveniente para una estrella asesina que se paseaba subrepticiamente más allá del sistema solar lanzando cometas a los dinosaurios. Al final, la idea les pareció muy plausible a Muller y sus colegas y los resultados de su trabajo fueron finalmente publicados en la revista Nature en 1984. Entonces Muller escribió un libro sobre Némesis y ha estado buscando a la estrella compañera, mientras realiza otras investigaciones, desde entonces. Némesis, tal y como Muller lo ve, es una estrella enana roja común, que podría ser visible a través de binoculares o un pequeño telescopio, si tan solo supiéramos a cual de las aproximadas 3,000 estrellas debieran mirarse. Estas son estrellas que han sido catalogadas, pero cuyas distancias se desconocen. Cualquiera de ellas podría ser la Estrella de la Muerte, como se ha dado en llamarle por parte de algunos. Las enanas rojas son las estrellas más comunes en la galaxia. Son pequeñas y relativamente frías, más apagadas que nuestro Sol. La noción sobre estrellas acompañantes también es algo bastante común – más de la mitad de todas las estrellas son parte de tal tipo de sistemas binarios, en los cuales se cree que dos estrellas forman una sola nube de gas y polvo. Las estrellas binarias establecen una danza gravitatoria alrededor de un punto en común en el espacio. La más pequeña de las dos estrellas, realiza mayormente la órbita, mientras que la mayor se encuentra mucho más cercana al centro en la rutina de esta danza cósmica. Muller calcula que la órbita de Némesis se encuentra entre 1 a 3 años luz de distancia del Sol. ![]() Durante este paso a través o cerca de la Nube de Oort, la gravedad de Némesis provocaría una furiosa tormenta de cometas primarios que podrían haber estado relativamente en calma durante 4500 millones de años, desde que el sistema solar se formó. Desalojados de su, alguna vez estable órbita, miles de millones de estos cometas viajarían hacia el sistema solar interior a través de millones de años, atraídos por la gravedad del Sol. Un buen puñado llegaría en el camino hacia la Tierra y el resultado de su furia daría como resultado las extinciones en masa. Muy simple. Pero a Némesis, obstinadamente, se le ha mal interpretado dice Muller. Muchos investigadores piensan que la teoría hace ya tiempo que ha sido olvidada y reclaman que su órbita no es posible. Nota del traductor: La Teoría de Némesis surge por el descubrimiento de un cráter de 10 kilómetros de diámetro que se cree fue el causante de la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años (Muller 2001) Este período de extinción acabó con la muerte del 95% de todas las criaturas vivientes. (Yarris 1987) En el próximo capítulo tendremos más datos que revelan la posibilidad de la existencia de Némesis. ¡Estén pendientes! Artículo de: Robert Roy Britt Traducción de: Liberto Para: ![]() Enlace: http://www.space.com/scienceastronomy/solarsystem/nemesis_010320-1.html |
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