RESUMEN: Muchos científicos no piensan nunca sobre los extremófilos como lo hacen sobre organismos superiores como los humanos, pero el descifrado de lo que en la antigua Grecia se consideraba como un extremo noble, la carrera de maratón, sugiere que a lo que pueda sobrevivir un organismo puede no depender totalmente de las presiones ambientales tradicionales.
Basado en un reporte de la Universidad del Estado de Texas, San Marcos

El maratón moderno tiene su antecedente en la Batalla de Maratón y en un mensajero llevando noticias sobre una inminente invasión persa.
Crédito: euro2002.dk
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Mientras continúan los preparativos para los Juegos Olímpicos de Verano 2004 en Atenas, Grecia, tres sabuesos astronómicos de Texas han descubierto evidencia de que la comúnmente aceptada fecha de la primera maratón, puede estar equivocada en un mes.
En “La Luna y la Maratón”, publicado en el número de setiembre de 2004 de la revista SKY & TELESCOPE , Donald W. Olson, un físico y profesor de astronomía de la Universidad del Estado de Texas, y sus colegas de San Marcos Russell L. Doescher y Marilynn S. Olson presentan evidencia astronómica de que la famosa batalla de Maratón y su consiguiente corrida ocurrieron a mediados de Agosto, y no a mediados de setiembre como se estimaba comúnmente.
El 29 de agosto un grupo de corredores de las Olimpíadas 2004 retrazarán una de las más famosas carreras de la historia. La leyenda nació en el año 490 a.C., cuando un corredor solitario recorrió 42 kilómetros desde el campo de batalla hasta Atenas, para comunicar la victoria griega sobre los persas en Maratón, y para avisar a la ciudad sobre una próxima invasión desde el mar a cargo de la flota persa. Cumplida su misión, el corredor colapsó y murió.
A lo largo de los siglos, esta melodramática muerte ha probado ser problemática para los historiadores. ¿Por qué un experimentado corredor de larga distancia colapsó, cuando miles de corredores aficionados compiten exitosamente en los maratones de todo el mundo?. La respuesta, de acuerdo con Donald Olson y sus colegas, yace en las fases de la Luna.
“El historiador griego Herodoto proporciona descripciones precisas de la fase la Luna hacia el momento de la batalla de Maratón”, dijo Donald Olson. “Estas son la clave para fechar a la batalla y a carrera, utilizando la astronomía”.
Cuando los atenienses supieron inicialmente sobre el desembarco persa en Maratón, los líderes de la ciudad despacharon a un mensajero a Esparta, que se encontraba a unos 250 kilómetros de distancia, para solicitar su ayuda militar. Los espartanos prometieron ayuda, pero explicaron que a causa de un festival religioso su ejército no marcharía antes de la próxima luna llena, seis días más adelante. Juzgando que el festival era el llamado Karneia, el estudioso alemán del siglo XIX August Boeckh llevó a cabo una serie de cálculos astronómicos para determinar la fecha de la luna llena Karneiana y determinó que la batalla de Maratón tuvo lugar el 12 de setiembre. Boeckh se basó en una referencia del sabio griego Plutarco que hacía equivaler el mes espartano de Karneios con Metageitnion, el segundo mes del año ateniense.

El co-autor de Cosmos Steven Soter y la Dra. Dora Katsonopoulou en las ruinas de Helike, una antigua ciudad griega destruida por un terremoto y un tsunami en el año 373 a.C.
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Nos dimos cuenta que el método de fechado de Boeckh, que utilizaba el calendario ateniense, tenía una seria falla”, dijo Olson. “El de Karneia era un festival espartano, así que el análisis debería hacerse utilizando el calendario espartano”.
Aunque los calendarios espartano y ateniense eran similares, en el sentido de que ambos eran lunisolares (siguiendo el ciclo lunar, pero realizando ajustes para mantenerse al paso con el año solar), no eran idénticos. El año ateniense comenzaba con la primera luna nueva siguiente al solsticio de verano, pero el año espartano comenzaba aparentemente con la primera luna nueva después del equinoccio de otoño. Más aún, en 491-490 a.C., ocurrieron 10 lunas nuevas entre el equinoccio de otoño y el solsticio de verano, en lugar de las nueve usuales, con el resultado de que el calendario espartano corría un mes adelante del ateniense. Si los investigadores de la Universidad de Texas están en lo correcto, la batalla de Maratón tuvo lugar en realidad el 12 de agosto de 490 a.C..
Autores anteriores habían hecho notar que la temperatura máxima promedio en Atenas durante setiembre es de aproximadamente 28ºC.
Adelantar la Maratón por apenas un mes, tiene un efecto dramático. La temperatura promedio de las tardes de agosto a lo largo de la ruta del maratón oscila entre 31ºC y 33ºC, con temperaturas posiblemente tan altas como 39ºC en las cercanías de Atenas. Por lo tanto, los cálculos astronómicos sugieren una explicación para la muerte del corredor: esas condiciones podrían llevar al agotamiento por calor y a un ataque cardíaco incluso a un atleta entrenado.