La idea de construir una base lunar lleva mucho tiempo rondando las mentes de aquellos apasionados por la conquista del espacio. Pero, ¿como sería realmente la vida en la Luna?
La exploración del espacio se centró durante mucho tiempo en la Luna, a la cual fueron dirigidas numerosas misiones. En 1959 una nave soviética fotografió la cara oculta de la Luna por primera vez, y en 1969, la NASA llevó a su superficie a la primera expedición humana. Tras ello han venido muchas otras misiones, incluída la sonda lunar de reconocimiento de la NASA (Lunar Reconnaissance Orbiter) que transmitió a Tierra el mapa topográfico de mayor resolución hasta la fecha, cubriendo el 98,2% de la superficie del satélite.
En términos generales, toda la información recibida de las diferentes misiones indica que ningún lugar de la Luna sería cómodo para vivir, al menos en comparación con nuestro planeta. Los días lunares se alargan hasta los 14 días terrestres, con unas temperaturas medias de 123ºC, mientras que sus noches duran igualmente 14 días terrestres (debido a la rotación de la Luna) con una temperatura media de -233ºC.
“Si hay un lugar donde se podría construir una base lunar que no se viese sometida a estas condiciones tan extremas, este estaría, si acaso, cerca de sus polos”, dijo Rick Elphic, científico del proyecto de la sonda LADEE de la NASA, que estudia la atmósfera de nuestro satélite y el polvo presente en el ambiente antes de llevar acabo una colisión controlada contra su suelo en abril de 2014. Es probable que en estas áreas se encuentren almacenadas grandes cantidades de agua helada, donde se recibirían dosis pequeñas de rayos solares durante largos períodos.
“En lugar de ser como el ardiente mediodía lunar, es como una especie de agradable y eterno atardecer, con temperaturas cerca de los 0ºC debido al pequeño ángulo de incidencia del Sol”, añadió Elphic.
Las incursiones más allá de las fronteras polares ofrecerían unas visitas imposibles de disfrutar en la Tierra. Decorando las vastas llanuras de lava de la Luna hay grandes “montañas” fruto de los impactos recibidos, la mayor de las cuales mide 5,5 km de alto. Un tamaño similar al del monte San Elías en la frontera entre Alaska y Canadá. Diversos “tragaluces” perforan algunas de esas llanuras donde la lava probablemente fue drenada hacia cavernas subterráneas. La aventura perfecta para los futuros espeleólogos lunares.
La Luna muestra también enormes cráteres, tales como el cráter Aristarco de 40 kilómetros de ancho. La vista desde el borde del cráter “deja en nada al Gran Cañón y hace que el cráter de meteorito de Arizona parezca un hoyo en un green de golf”, dijo Elphic a Space.com vía e-mail.
Otra vista lunar deslumbrante sería un eclipse solar, que ocurre cuando la Tierra bloquea el Sol. Desde la Luna, la Tierra se vería como un anillo de luz anaranjada que dominaría el cielo.
Y si bien la Luna está a una distancia media de la Tierra de 384.400 km, enviar las fotografías de nuestras vacaciones o de un eclipse a nuestros amigos y familia llevaría poco más de un segundo.
Para las actividades de ocio, el hecho de que la gravedad lunar sea seis veces menor que la terrestre supondría un reto a la hora de practicar deportes lunares. Un colonizador lunar podría saltar y lanzar un balón a una distancia y una altura seis veces mayor que en la Tierra. En otras palabras, la distancia entre las porterías de un campo de fútbol lunar debería ser de unos 600 metros, en oposición a los 100 metros de los campos en la Tierra, según dijo Elphic.
Por otro lado, los atletas lunares no tendrían necesidad de consultar el tiempo, porque debido a su tenue atmósfera, la Luna no tiene clima ninguno. “¡Todos los días son soleados sin riesgo alguno de lluvia!” añadió Elphic. Sin embargo, si que sería necesario estar al tanto del tiempo espacial, del que forman parte fragmentos de meteoritos que pueden ser del tamaño de una pelota de golf y particulas de alta energía producto de las erupciones solares.
Otro posible problema serían los terremotos. Los sismómetros instalados en la superficie lunar durante la misión Apollo muestran que la Luna sigue estando sismológicamente activa, e incluso que sufre terremetos de horas de duración de hasta 5,5 en la escala Richter. Estos temblores serían lo suficientemente fuertes como para causar daños estructurales en los edificios.
“Con lo que es mejor que no te mudes a la Luna pensando que lo de los terremotos es agua pasada”, dijo Elphic. “Asegúrate de que tu casa lunar cumpla todas las normativas”.