Millones de cangrejos reales gigantes convierten el Mar de Barents en un desierto submarino
Legiones de cangrejos gigantes que se abren camino a lo largo del fondo del Mar de Barents están probando ser un regalo de Dios para los pocos pescadores autorizados a capturar este lucrativo crustáceo, pero algunos temen que los cangrejos amenacen el frágil ecosistema marino.
El cangrejo real de Kamchatka, también conocido como cangrejo de Alaska, o Monarca Rojo, fue introducido en el Barents por los soviéticos en la década de los 60 – 30 años después de un fallido primer intento efectuado por Stalin – en un intento de suministrar alimento a Rusia.
Ahora la especie está expandiéndose como un incendio incontrolado a lo largo de la costa norte de Rusia y Noruega y continuará expandiéndose hasta llegar a Gibraltar, el extremo meridional de Europa, tal y como predice Yuri Illarionovich Orlov, el biólogo ruso que logró implantar el cangrejo en el Mar de Barents.
“Pero eso tardará 150 años”, comentó.
Los cangrejos pesan hasta 12 kilos (26 libras) y miden hasta dos metros (6,5 pies) de punta a punta. A pesar de que aún permanecen lejos de las playas turísticas europeas, su impacto sobre el medioambiente ya es un preocupante problema en el Ártico.
Los cangrejos se comen cualquier cosa que encuentren en el lecho marino: huevas de pez, caracoles, almejas, marisco y peces muertos.
Y para empeorar las cosas, se reproducen a un ritmo excepcionalmente rápido. Un cangrejo hembra puede poner 500.000 huevos de una vez, de los cuales el 1 o 2 por ciento llegarán a adultos.
“No podemos emplear nuestras redes o nasas de profundidad, porque los cangrejos arrasan con ellas”, se queja Arnulf Bertheussen, pescador de la villa del Ártico noruego de Honningsvaag.
“Devoran todo lo que encuentran en su camino. Están creando un desierto: los lechos marinos parecen el Sahara”, se lamenta Bertheussen a bordo de su pesquero de arrastre, el Goldfish.
Y aún así, la especie está protegida por acuerdos diplomáticos entre Noruega y Rusia, y existe una comisión de pesca bilateral que decide cómo manejar las reservas. Para este año, se había concedido a Noruega una cuota de 300.000 cangrejos en sus aguas, y tres millones para Rusia.
Para los 259 pescadores noruegos autorizados a su captura, la pesa del cangrejo representa hasta el 60% de sus ingresos. Vendidos a 65 Kroners (10$) el kilo sobre muelle, las pinzas carnosas se venden después en las tiendas a 500 kroners (82$) el kilo.
Pero según Bertheussen, que no está autorizado a capturar cangrejos: “¿dónde está la gracia de capturar cangrejos durante dos meses, si eso significa que durante los restantes 10 meses del año no habrá pescado?”
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Fuente noticia: Wowozanga.com
Traducido por Miguel Artime para