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Tres centros de investigación aliados para descubrir el secreto de este extraordinario roedor.

Una investigación dirigida en la Universidad Wake Forest y financiada por el Instituto de Investigación del Cáncer (CRI) ha demostrado que la resistencia a formas altamente agresivas de cáncer puede ser transferida de un linaje de ratones inmunes a ratones normales provocando la completa destrucción de la neoplasia¹ de grandes masas y protegiendo a estos ratones del surgimiento de otros tumores.

Esta resistencia se basa en una inmunidad innata al cáncer y no en una inmunidad adaptativa ligada a los linfocitos T y B. En el intento de transferir este descubrimiento al campo de la terapia antitumoral humana, el CRI ha decidido realizar una estrecha colaboración con otros importantes centros de investigación estadounidenses –y en particular con el Instituto de Investigación Scripps de La Jolla y Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis –para intentar desvelar el misterio genético y molecular de esta inmunidad.

“Lo extraordinario –ha dicho Jill O’Donnell-Tormey, director ejecutivo de la investigación- es que este linaje de ratones es inmune de una manera innata a formas de cáncer muy agresivas que causaron la muerte casi a toda clase de animales al serles inyectado. Se trata de algo decididamente inhabitual, pero que sugiere con fuerza que en el interior de estos ratones ha sucedido algo que merece un profundo examen”.

Segundo Zheng Cui de la Universidad Wake Forest y primer signatario del artículo que describe la investigación en el último número de Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), la inmunidad se debe a una mutación genética.

“El reto –ha declarado Zheng Cui- es localizar la mutación. Si tenemos éxito en la determinación del gen podremos empezar a comprender qué es lo que diferencia a estos ratones de los demás”.

Fuente: Le Scienze (12/05/2024)

¹ Una neoplasia (llamada también tumor o blastoma) es una masa anormal de tejido, producida por multiplicación de algún tipo de células. La neoplasia se conoce en general con el nombre de cáncer. El origen de esta palabra se remonta a Ambroise Paré (1517), quien refiriéndose al cáncer lo describe así: «cáncer es un tumor duro, desigual, de forma redondeada, inmóvil, de color ceniza y rodeado de muchas venas llenas de sangre, aparentes y tortuosas (como los pies de un pescado llamado cangrejo) y más duro que un flemón o pequeña nuez, el que crece constantemente atormentando al enfermo. Este tumor ha tomado el nombre de cáncer por similitud con ese animal, que cuando está adherido con sus pies contra alguna cosa, se adhiere con tanta fuerza que apenas se lo puede arrancar, principalmente sus pies de adelante que parecen tenazas y pinzas».

Enlace a la noticia original: Un topo refrattario al cancro
Fuentes: Le Scienze (12/05/2024) / Molecularlab
Traducción de Fernando Muñoz Sagasta.