Resumen (30 de Enero de 2006): Viaje con Aaron Gronstal en una expedición de perforación en la Bahía de Chesapeake, el lugar de un cráter de impacto de 35 millones de años. Este trozo de su diario es el tercero de una serie de 4.
La unidad de perforación por la noche.
Crédito: Aaron Gronstal
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Cada cien mil años más o menos, un gran asteroide o cometa golpea la Tierra. La fuerza explosiva del impacto envía toneladas de material al aire y excava un gran agujero en la corteza. Nosotros no vemos muchos de estos viejos cráteres, sin embargo, ya que la Tierra es un ambiente dinámico – el viento, el agua, y las placas tectónicas arrastrándose constantemente cambian la apariencia de la superficie. Con el tiempo, muchos cráteres de impacto se ven alterados o enterrados en lo profundo del subsuelo.
Uno de esos cráteres enterrados está debajo de la Bahía de Chesapeake en Virginia. Excavado hace 35 millones de años, el cráter ahora sólo es accesible por medio de una perforación intensiva. En Noviembre, Aaron Gronstal, un estudiante de microbiología de la Open University en el Reino Unido, visitó un proyecto de perforación en el cráter de Chesapeake. Su meta: descubrir qué tipo de microbios pueden ahora vivir en lo profundo del subsuelo en el ambiente del antiguo impacto. Este trozo de su diario es la tercera parte de una serie de 4.
Lea la
1º y la
2ª Parte
Diario del Cráter, Parte III
Enfrentándose a los núcleos y la contaminación
17 de Noviembre de 2005
La tormenta pasó, dejando tras de si cielos claros y un aire vivo esta mañana. Nuestra llegada al lugar de perforación fue saludada con las noticias de que el turno de noche había perforado más allá de la marca de 5000 pies (1524 metros). Por debajo de esta profundidad hay una notable diferencia en la textura de las muestras que suben a la superficie. El material embalado es algo más frágil al tacto, haciendo mi trabajo de recolectar muestras para los experimentos de biología mucho más fácil.
Los núcleos extraídos ahora son más grandes que antes, cada uno de unos 20 pies (6-7 metros) o más de material, y el progreso descendente hacia el cráter va bien. Todavía hay esperanza de que alcanzaremos una milla antes de Acción de Gracias.
El ruido de la perforadora es continuo, un estridente ronroneo incesante que la gran maquinaria tiende a hacer. No es tan alto para que necesitemos gritar para escucharnos, pero deja tus oídos zumbando un poco cuando te echas a dormir tas un día en el emplazamiento. Te acostumbras rápidamente a ello. Siempre puedo contar cuando alguien entra o sale de la caravana – cuando abren la puerta hay un cambio definido en el volumen de la perforadora.
18 de Noviembre de 2005
Poniéndose guantes de látex para analizar el esquisto de grafito.
Crédito: Aaron Gronstal
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El progreso hacia la base del cráter ha sido lento hoy, pero al menos los pequeños núcleos son interesantes. El material es muy frágil y parecido al grafito. Los geólogos dicen que es una roca metafórica compuesta en su mayor parte por cuarzo y mica, y se refieren al material como 'esquisto grafítico'. Para mi, los núcleos parecen grandes trozos de mina de lápiz. Esto creó una confusa situación para los geólogos, cuyas manos quedaron rápidamente recubiertas por el brillante polvo negro. Afortunadamente, yo tenía un montón de guantes de látex.
La longitud máxima que puede tener un núcleo depende del tamaño del tubo que envíen abajo para recogerlo, pero el tamaño de un núcleo también depende de la consistencia y fuerza de la roca. Normalmente tienen que sacar un núcleo cuando un tubo de perforación comienza a atascarse. A medida que la roca y el sedimento son forzados al interior del tubo de perforación, éste puede atascarse y evitar que el taladro siga bajando. Esto está sucediendo ahora a medida que ahondamos a través del esquisto grafítico.
Debido a la consistencia del material, los núcleos se rompen en pequeños trozos y son difíciles de sacar del hoyo de perforación. Su naturaleza frágil y porosa podría hacer difíciles de conseguir muestras no contaminadas para los experimentos de biología.
Una gran parte del muestreo biológico consiste en monitorizar el nivel de contaminación del núcleo. Una buena muestra es un núcleo sólido que no tiene ninguna fractura. Debido a que hay mucho barro y agua circulando por el taladro, la infiltración en las fracturas de un núcleo contaminaría la muestra. Ponemos cosas como diminutas cuentas fluorescentes o gas halón en el barro de perforación y comprobamos para ver si aparece en el interior del núcleo. En la caravana tenemos el laboratorio de biología preparado, el núcleo entonces se parte y se toman las muestras del (esperemos que incontaminado) interior.
Recolectando muestras biológicas de la roca del núcleo.
Crédito: Aaron Gronstal
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La muestra tampoco es buena si es demasiado sólida. Cuando el equipo estaba perforando a través del gran bloque de granito, no se pudieron tomar muestras biológicas ya que no había forma de raspar pequeñas muestras de material del granito en frascos. El granito tampoco tiene muchos pequeños espacios y agujeros en los que las bacterias puedan vivir.
Esta tarde hubo una bellísima puesta de sol sobre la bahía. Todo el mundo trajo sus cámaras, y por un rato, de pie sobre los montones de barro de los núcleos, bajo el machacante ronroneo del equipo de perforación, todos tomaron un respiro mientras fijaban sus ojos en el horizonte del oeste. Lo único que se echaba de menos era un par de velas bien situadas y una botella de Merlot...
La noche terminó pronto para los científicos, ya que la barrena del taladro tenía que ser cambiada. Este proceso lleva muchas horas porque los perforadores tienen que sacar toda la longitud del tubo que llega hasta el final del agujero. Así que gastamos la última parte del turno limpiando, leyendo libros, y simplemente vigilando el fuerte hasta que el turno de noche llegó a hacerse cargo. Esto también significa que estamos actualmente clavados a unos 5105 pies (1556 metros).
Pero al menos la situación financiera parece haber sido puesta en orden, por lo que la perforación continuará durante un par de semanas. La promesa de alcanzar el suelo del cráter está todavía viva, y la marca de una milla de profundidad está definitivamente a nuestro alcance.
19 de Noviembre de 2005
El día comenzó con un desayuno de despedida para dos de los geólogos, que ahora eran destinados de vuelta a casa en Texas. Era mi primera experiencia con una exquisitez de desayuno regional conocida como 'scrapple'. Cuando pregunté qué era aquella gruesa empanada de material frito, esponjoso y gris, la camarera me lanzó una mirada que decía 'no quieras saberlo'. A medida que se abre, creo que ella estaba en lo cierto. La Scrapple son restos de cerdo de toda clase, mezclados con harina de maíz y especias y después frita. El sabor no era tan malo – sólo sabía a 'frito'. Era la consistencia la que la hacía difícil de tragar.
Cuando volvimos al lugar de perforación tras el desayuno, los informes del turno de noche fueron oscuros. Un desafortunado perforador había estado seis horas encaramado en lo alto de la torre de perforación mientras se cambiaba la broca. Desafortunadamente para él, fue con mucho la noche más fría del proyecto. Pero al menos ahora puede reclamar el derecho a presumir.
Sólo se había sacado un núcleo pequeño desde que se cambió la broca. Los miembros del turno de noche, sin nada que hacer, usaron parte de su turno para dormir en el suelo de la caravana.
Grupos de frascos de muestras de núcleo.
Crédito: Aaron Gronstal
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Nuestro turno de tarde a medianoche fue lento también. Numerosos núcleos fueron sacados a la superficie pero la mayoría de ellos eran del rango de tres a cinco pies (alrededor de un metro), haciendo lento el progreso hacia el suelo del cráter.
Más personal abandonó ese día más tarde – dos geólogos y un físico – para disfrutar de los pavos de Acción de Gracias con sus respectivas familias y amigos. Sus relevos visitaron el lugar, y comenzarán a trabajar con el turno de noche a medianoche. El trasiego de científicos yendo y viniendo ha sido bastante rápido, haciendo difícil recordar los nombres, pero al menos hay siempre alguna cara nueva con la que encontrarse.
Hacia el final de la noche se sacaron núcleos más largos, y los ojos de los geólogos están empezando a brillar con esperanza. Los recuerdos de los núcleos de 20 pies (6-7 metros) de los días anteriores están empezado a salir a la superficie.
20 de Noviembre de 2005
La perforación permaneció en el esquisto de grafito la mayor parte del día, y horas de perforación sólo sacaron unos cuantos pies de roca a la superficie. Adheridas al esquisto hay unas cuantas vetas de cuarzo duro que han ralentizado bastante el proceso de perforación. Al final del día, sin embargo, finalmente salimos del esquisto, y a una profundidad de unos 5 200 pies (1584 metros) los núcleos comenzaron a alcanzar longitudes mayores de cinco pies. Todo el mundo está esperanzado en que seamos capaces de cavar más rápidamente ahora.
El tiempo permanece bueno, mucho se ha gastado con una taza de café en la mano mirando los ciervos en los campos, o esquivando pavos salvajes con la furgoneta cuando se hace un viaje a por comida. Acción de Gracias está a sólo unos días, y parece que los pavos de esta parte del país están todavía buscando cenas a las que unirse.