Resumen (02 de Febrero de 2006): Viaje con Aaron Gronstal en una expedición de perforación en la Bahía de Chesapeake, el lugar de un cráter de impacto de 35 millones de años. Este trozo de su diario es el último de una serie de 4.

Una vista aérea del Cráter Meteor, Arizona.
Crédito: Jim Hurley, 1978
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Cada cien mil años más o menos, un gran asteroide o cometa golpea la Tierra. La fuerza explosiva del impacto envía toneladas de material al aire y excava un gran agujero en la corteza. Nosotros no vemos muchos de estos viejos cráteres, sin embargo, ya que la Tierra es un ambiente dinámico – el viento, el agua, y las placas tectónicas arrastrándose constantemente cambian la apariencia de la superficie. Con el tiempo, muchos cráteres de impacto se ven alterados o enterrados en lo profundo del subsuelo.
Uno de esos cráteres enterrados está debajo de la Bahía de Chesapeake en Virginia. Excavado hace 35 millones de años, el cráter ahora sólo es accesible por medio de una perforación intensiva. En Noviembre, Aaron Gronstal, un estudiante de microbiología de la Open University en el Reino Unido, visitó un proyecto de perforación en el cráter de Chesapeake. Su meta: descubrir qué tipo de microbios pueden ahora vivir en lo profundo del subsuelo en el ambiente del antiguo impacto. Este trozo de su diario es la última parte de una serie de 4.
Lea la
1ª Parte, la
2ª Parte, y la
3ª Parte.
Diario del Cráter IV: Marcando un hito
21 de Noviembre de 2005
Hoy era un día lluvioso en la costa este, aunque las intensas lluvias que habían sido previstas nunca llegaron. En su lugar, fuimos cubiertos por una neblina gris que empapaba continuamente y no daba ningún signo de disiparse. El tiempo aportó una atmósfera deprimente muy apropiada, ya que el tubo de extracción de núcleos se atascó en el agujero. Eso significa que los perforadores necesitan sacarlo todo de nuevo y arreglar el problema antes de que puedan excavar más hondo. Por eso la perforación está suspendida desde ahora al menos hasta media noche. Se podría decir que el mal tiempo ha traído consigo una racha de mala suerte, pero la verdad es que éstos son problemas típicos que ocurren cuando se perfora.
El equipo de muestras trabajando cerca del emplazamiento de Chesapeake.
Crédito: Aaron Gronstal
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En el rincón de los biólogos, estamos esperando que mientras cambian los tubos, seremos capaces de conseguir bombear una muestra de agua del interior del cráter. Puede que no sea posible, sin embargo, si parte del agujero está obstruido.
En ausencia de trabajo, los investigadores están intentando idear algunas actividades para mantener a todo el mundo ocupado. Actualmente, la residencia está llena de gente del turno de noche durmiendo, por lo que la televisión está apagada. Desafortunadamente, he terminado de leer el libro que traje conmigo – 'Los Versos Satánicos', de Salman Rushdie. He estado evitando leerlo hasta ahora –cuando era un estudiante en la Universidad de California en Berkeley, era el libro que todo el mundo admiraba. Al final estaban en lo cierto, es fantástico.
La lluvia impide los paseos por los bosques o por la playa. Así que para mi, parece ser un relajante día de solitario de computadora.
22 de Noviembre de 2005
Fuimos despertados esta mañana por intensos vientos que venían de la Bahía de Chesapeake. Eran tan fuertes, de hecho, que la luz en la casa se fue a media mañana, justo cuando estaba preparando mi taza de café. Con las luces de la calle apagadas y todas las ventanas tan oscuras como las nubes bajas de encima, conducir hasta el lugar de perforación tuvo un aire siniestro.
A la llegada, sin embargo, nuestro ánimo fue rápidamente elevado por dos grupos de estudiantes de instituto en una excursión de geología de campo. Aunque el turno de noche había pasado una aburrida noche sin núcleos, todas aquellas mentes jóvenes e interesadas que merodeaban por la caravana mantuvieron alto nuestro espíritu. Los estudiantes estuvieron en el lugar la mayor parte del día, aprendiendo sobre impactos de asteroide y el proyecto de perforación de primera mano, y nos ofrecieron una salida de la rutina normal que agradecimos. Los científicos son siempre felices de discutir sus proyectos, y algunos de los investigadores de aquí tienen una habilidad natural para conversar de manera entusiasta durante horas.
Aaron contempla una muestra biológica.
Crédito: Aaron Gronstal
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La perforación se reactivó de nuevo poco después de nuestra llegada hoy, y la broca fue bajando por el agujero mientras conducíamos. La promesa de de volver finalmente al trabajo sobre las muestras ofreció un alivio adicional del monótono clima.
Hoy era mi último día completo en el lugar de perforación, así que estaba especialmente ansioso por obtener más muestras biológicas antes de irme mañana por la mañana. Las primeras pocas muestras que salieron tras cambiar la broca, sin embargo, no eran más que barro y rocas que habían caído en el agujero cuando se sacó el tubo. Nos dijeron que podría haber que atravesar unos 20 metros de este material antes de volver a llegar al fondo del agujero. Esto, por supuesto, significaba que podríamos no ver un nuevo núcleo antes de la media noche.
Era casi el fin de nuestro turno cuando tuvimos alguna buena noticia. Un nuevo núcleo había sido sacado a la superficie. Es pequeño y se compone de cuarzo duro y apretado, pero pese a todo es un nuevo núcleo. Decidí quedarme tarde por la noche y esperar al próximo núcleo, para intentar obtener una muestra biológica más antes de irme.
Pero el siguiente núcleo en salir a la superficie estaba también compuesto de dura y densa roca, así que no fue posible tomar una muestra biológica. Es decepcionante, pero al menos la perforación continúa y estamos empujando lentamente más cerca de la marca de la milla para el agujero. Ahora me dirijo a casa para dormir algo antes de salir para D.C. por la mañana.
23 de Noviembre de 2005
En mis últimas horas en la costa este, tras dejar la residencia me detuve en el lugar de perforación para comprobar su progreso. Más núcleos habían salido en la última noche, y eran fantásticos. La broca atravesó el cuarzo y la roca, y está ahora de nuevo en un material más arenoso.
Taladrando tarde en la noche.
Crédito: Aaron Gronstal
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Un nuevo grupo de investigadores ha sido entrenado para continuar la recolección de muestras biológicas, y esto significa que podemos seguir obteniendo muestras mientras continúe la perforación. La otra buena noticia es que el agujero está ahora a 5265 pies (1604 metros), sólo a 5 metros de la milla, y los núcleos son más largos cada vez que uno es sacado a la superficie.
En el pozo, di al laboratorio una última limpieza y recogí mis cosas. Las muestras que he recolectado durante mi estancia aquí fueron transferidas a refrigeradores de poliestireno. Viajarán a D.C. conmigo, donde serán enviados a mi
universidad en Inglaterra. Los próximos meses, de mi vida los emplearé examinando este material bajo el microscopio, obteniendo finalmente una mirada a qué tipos de microbios viven en la profundidad del cráter de impacto de la Bahía de Chesapeake. Pasarán muchos meses antes de que nuestros experimentos terminen, pero con el tiempo nos contarán una gran historia sobre la vida en el salado subsuelo de este entorno único.
Tras llegar a D.C. y almacenar mis muestras en el
USGS, llamé al lugar de perforación para preguntar por su progreso. La marca de la milla fue pasada finalmente sobre la 1 pm. Puede que no haya sido capaz de ver el 'hito de la milla' en persona, pero un email desde el sitio al menos me permite disfrutar de la celebración indirectamente a través de fotos. Es un gran logro tanto para los investigadores como para los perforadores, y sabiendo que este objetivo ha sido alcanzado, puedo ahora sentarme y relajarme en mi vuelo a casa.
Nota del editor: el 4 de Diciembre de 2005, el proyecto de perforación del cráter alcanzó una profundidad final de 5795 pies (1,1 milla; 1766 metros). El equipo recuperó una sucesión completa de núcleos de los sedimentos post-impacto de encima del cráter, rocas rotas durante el impacto, y rocas del suelo del cráter. Haga Click [AQUÍ] para leer el anuncio del USGS.