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Los científicos reclaman en forma urgente más trabajos para impedir la potencialmente fatal liberación de gases en dos lagos de Camerún.

Válvula de presión: el géiser del lago Nyos expulsa el CO2 hacia la atmósfera.

Los lagos Nyos y Monoun contienen enormes concentraciones de dióxido de carbono disuelto. En la década de 1980, miles de personas murieron cuando el gas fue liberado de pronto.

Desde entonces, se han instalado conductos para extraer el CO₂ desde el fondo de los lagos, pero una nueva investigación muestra que no son suficientes. Los científicos advierten que deberán colocarse más cañerías en el lugar para disipar el peligro de más liberaciones catastróficas del gas.

Con un conducto en cada lago, actualmente estamos extrayendo más gas del que se introduce en el agua cada año”, dijo George Kling, de la Universidad de Michigan (EE.UU.)

Pero en el lago Monoun, los caños no llegan hasta el fondo, de modo que nunca podremos eliminar todo el gas.

Por otro lado, en Nyos, el tiempo que llevará la extracción total del gas se puede estimar en décadas, por lo que durante todo ese tiempo subsistirá el peligro”, comentó a BBC News.

Belleza mortal

En tiempos pasados, el observador casual no habría notado nada extraño en los lagos Nyos y Monoun, dos cuerpos de agua montañosos en el norte de Camerún.

El lago Nyos en condiciones normales (izquierda) y justo después de la liberación de gas en 1986 (derecha). El surgimiento súbito del dióxido de carbono transportó hierro desde el fondo hacia la superficie, el cual se oxidó y creó el color rojizo-amarronado de las aguas.

Ahora, cada uno de ellos alberga una fuente espectacular que lanza el agua hasta 50 metros de altura en el aire en el caso del lago Nyos, y hasta 10 metros en Monoun. Las fuentes provienen de cañerías instaladas para purgar el dióxido de carbono de las profundidades.

El geiser del lago Nyos comenzó a operar en 2001, y el de Monoun dos años más tarde. La razón de su existencia se encuentra dos décadas más atrás en el tiempo.

1986: el desastre del lago Nyos.

En 1984, la liberación súbita de dióxido de carbono en el lago Monoun mató, por sofocación, a unas 40 personas. Dos años más tarde, un incidente similar en el lago Nyos resultó en una pérdida mucho mayor de vidas humanas, la que estima en unas 2 000 personas.

Esta región africana es volcánica. Los gases liberados por el magma que se encuentra debajo del lecho del lago se filtran a través de la roca y una parte de ellos, incluyendo al dióxido de carbono, se disuelve en el agua subterránea, que a su vez fluye hacia los lagos.

Una vez que está en el lago, el CO₂ permanece cerca del fondo, porque el agua en la que se disuelve es más densa que la de las capas superiores, y por eso no puede elevarse y mezclarse con ellas.

“Cerca del fondo del lago, la presión del gas es de 15 bares; en comparación, el que se encuentra en una botella de champagne tiene unos cinco bares”, dijo el profesor Kling.

“La presión se va acumulando y cuando finalmente se libera, ya sea espontáneamente o por haber sido disparado por algo como un desprendimiento de tierras, sube hasta la superficie en burbujas”.

Eso fue lo que sucedió con fatales consecuencias en los ’80, y lo que se intenta evitar con los caños instalados en los dos lagos.

Chorros supersónicos

Inicialmente, las bombas comienzan a impulsar el agua del fondo hacia arriba, a través del caño. Pero cuando se eleva, el gas se desprende de la solución, haciendo más boyante al agua y empujándola hacia arriba cada vez con más velocidad.

El proceso se torna auto-sustentable, y las bombas pueden ser desconectadas.

Así, el agua sube alcanzando velocidades supersónicas y sale disparada sobre la superficie del lago, liberando al dióxido de carbono en la atmósfera sin producir daño alguno.

Las cañerías fueron instaladas utilizando balsas.

Sin embargo, en su artículo publicado en la revista Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias, George Kling y sus colaboradores demuestran que las instalaciones actuales no están eliminando el gas con la suficiente rapidez.

Recomiendan bajar el extremo inferior del caño existente en el lago Monoun e instalar allí un caño adicional. En cuanto al lago Nyos, dicen, necesita otros cuatro caños.

Con todas estas instalaciones en operación, por lo menos el 75% del dióxido de carbono sería extraído en un plazo de cinco años.

Luego del incidente del lago Nyos en 1986, el gobierno camerunés trasladó a la población lejos del área, pero algunos han regresado, a la vez que las orillas del lago Monoun albergan todavía a varias aldeas.

“Estimamos que el costo extra para desgasificar estos lagos rondaría entre uno y dos millones de dólares estadounidenses”, dijo el profesor Kling. “No es mucho, considerando toda la gente que está en riesgo”.

Páginas web relacionadas

-- Lagos asesinos: Parte I
-- Lagos asesinos: Parte II
-- Lagos asesinos: Parte III

Traducido para Astroseti.org por
Heber Rizzo Baladán

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Web Site: BBC News
Artículo: “Action needed on deadly lakes”
Autor: Richard Black (corresponsal ambiental, BBC News)
Fecha: Setiembre 27, 2005

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