La idea de un ascensor espacial hace soñar desde que nació en la imaginación de Konstantin Tsiolkovsky, en 1895.
Largo tiempo mantenida en vida por obras de ficción científica, esta idea ha resurgido con fuerza en 1991 con el advenimiento de los nanotubos de carbono
1.
¿En un futuro cercano
2 se desplegará un cable de 100.000 kilómetros de longitud desde la Tierra y se fijará en órbita geosíncrona? ¿Veremos cargamentos útiles subir por este cable para alcanzar el espacio, en lugar de ser llevados mediante costosos cohetes? ¿Veremos turistas subir a este ascensor espacial para una estadía en la alta atmósfera?
Según Nicola Pugno, los ensamblajes de nanotubos de carbono en los que estaban puestas todas las esperanzas no serían lo bastante sólidos…
 |
Un sueño de ascensor espacial que se desvanece… (Créditos: NASA)
|
Nanotubos de carbono que portaban esperanzas
El concepto de ascensor espacial poblaba ya las novelas de ficción científica desde hace mucho tiempo. Con la aparición en 1991 de los nanotubos –estos ensamblajes cilíndricos de moléculas de carbono mucho más resistentes que el acero- la idea parecía mucho menos disparatada.
En una conferencia en Nuevo México, Bradley Edward había propuesto un ambicioso proyecto: la construcción de un “nanotubo gigante” a lo largo del cual se deslizaría una plataforma provista de vehículos oruga. Los cálculos demostraron que este nanotubo debería medir cerca de un metro de ancho, ser tan delgado como una hoja de papel y que debería se capaz de soportar una tensión de 63 Gpa
3, es decir, la tensión generada por un “tiro de cuerda” de 200.000 personas repartidas igualmente de ambos lados.
 |
El concepto de ascensor espacial. Términos (de arriba abajo): contrapeso, órbita geosincrónica, punto de equilibrio del ascensor, cable, ascensor, la Tierra.
|
Defectos que nos hacen poner los pies en la Tierra
Los ensayos han mostrado que cada nanotubo de carbono podría soportar una tensión de 100 Gpa pero que si le faltase un solo átomo de arbono, sus prestaciones se reducirían un 30%. Si a esto se añade que un ensamblaje de nanotubos es necesariamente más frágil (por ejemplo, las fibras soportan generalmente una tensión máxima de 1Gpa) y que recientes mediciones de nanotubos de gran calidad han revelado que faltaba de media un átomo de carbono cada 4 micrómetros, de modo que el sueño de un ascensor espacial se desvanece cada vez más…
Con la ayuda de un modelo elaborado por él mismo y ya validado en diferentes materiales como el diamante, Nicola Pugno (Escuela Politécnica de Turín) ha establecido que los defectos de un “nanotubo gigante” del tipo del ascensor espacial no le permitirían soportar una tensión superior a 30Gpa. En un artículo que aparecerá en el mes de julio en el
Journal of Physics: Condensed Matter [Revista de Física: materia condensada], añade que, incluso en el caso en que el ascensor espacial pudiese ser desplegado, los micrometeoritos y la erosión por el oxígeno lo debilitarían.
¿Es Nicola Pugno un aguafiestas? No. Simplemente explica que la tecnología no está lista todavía para la construcción de un ascensor espacial. Y, como repite Ray Baughman, director del Instituto Nanotecnológico de Dallas, nunca hay que decir jamás.
Enlace a la noticia original:
Ascenseur spatial: un rêve qui manque de solidité.
Por
Christophe OlryFuentes: Futura-Sciences
Traducción de
Fernando Muñoz Sagasta.
Notas:
1Léase: El Siguiente Paso de Gigante.
2Se recomienda la lectura de la noticia (08-05-2024) de Michael Artime:
El ascensor espacial se pondrá en marcha el 12 de abril de 2008.
3GPa = Gigapascal. Véase:
Propiedades mecánicas de los polímeros.