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La búsqueda de vida en Marte comenzará en Siberia

Publicado por Eduardo Satué | 24/09/2024
La NASA y científicos rusos han sido seleccionados para emprender la búsqueda de vida en el Sistema Solar en los confines helados de la Tierra.
#1#Autor: Dave Dooling 27 mayo, 1999: Richard Hoover del Centro Marshall para Vuelos Espaciales de la NASA y la Profra. Elena A. Vorobyova de la Universidad Estatal de Moscú investigarán la microbiota encontrada en el permafrost y hielos de Liberia, Alaska y Antártida. La Oficina de Ciencia Espacial de la NASA ha anunciado que su proyecto, Investigación del Permafrost como Hábitat Microbiológico in situ, fue uno de los 18 elegidos de entre otros 123 proyectos presentados para financiación bajo el Programa de Investigación Conjunta Ruso-Americana en Ciencias del Espacio. 'Los microorganismos encontrados en el permafrost, glaciares y las capas de hielo polar de la Tierra son de profunda importancia para la astrobiología”, comentó Hoover. 'Antiguos microbios inactivos, e incluso plantas superiores como un hongo, pueden permanecer viables por criopreservación, recuperando su actividad metabólica por descongelación después de haber estado congelados en hielo glacial por millones de años”. #2# 'Los microbios extremófilos del permafrost y los glaciares Árticos y Antárticos representan modelos de células que pueden ser encontradas en el permafrost o capas de hielo de Marte o de otros cuerpos helados del sistema solar” Hoover es un científico solar por formación que está aplicando su pasión por las diatomeas –“joyas naturales vivientes”- a la investigación astrobiológica de la NASA. Es coinvestigador en dos de los principales estudios que la NASA seleccionó el pasado año para su nuevo Instituto de Astrobiología. La investigación de Hoover en astromateriales está ligada con la micro estructura y composición química de microfósiles en rocas antiguas y meteoritos. Colabora en el proyecto con Alexei Rozanov, director del Instituto de Paleontología de la Academia Rusa de las Ciencias. También está examinando microorganismos procedentes unos 3,6 Km por debajo de la capa de hielo del lago Vostok, en la Antártica. #3# Su objetivo es investigar los microorganismos en el permafrost – tierra permanentemente helada – y establecer características morfológicas y biomarcadores químicos gracias a los cuales estos microorganismos puedan ser reconocidos. Durante más de cien años los científicos han estudiado los restos de mamuts y otras criaturas que murieron y fueron preservados en el hielo durante la última glaciación.
Ni demasiado caliente, ni demasiado frío…
Astrobiología ha destacado la importancia de los extremófilos – formas de vida que disfrutan de condiciones extremas. Los científicos reconocen ahora que el reino habitable para la vida –“la Zona Ricitos de Oro”- es mucho mayor de lo que se pensaba. La vida abunda en las zonas más calientes de la biosfera: géiseres, chimeneas hidrotermales de las profundidades oceánicas y en calientes rocas. La bacteria hipertermófila y archaea encontrados en estas condiciones pueden guardar claves vitales del origen de la vida. Sorprendentemente, microorganismos vivos, viables y antiguos también abundan en lo más frío de la biosfera: las capas polares, glaciares, permafrost y sedimentos del fondo del mar como son las bacterias criófilas y criotolerantes (psicrófilas y psicrotrofas) incluidas archaea, cianobacterias e incluso microorganismos eucariotas como levaduras y diatomeas
Hoover y Vorobyova encuentran mayores sorpresas en los organismos más pequeños. Diatomeas, bacterias, levaduras, cianobacterias y otros microorganismos pueden crecer en el hielo y permafrost. Otros microbios pueden ser revividos después de ser congelados durante largos períodos. Mientras algunos microbios, plantas e incluso grandes mamíferos como el mamut y los bisontes están muertos, pueden contener magníficamente preservados componentes celulares, ADN, ARN, proteínas y enzimas. 'Los cuerpos helados son de lejos los más numerosos del sistema solar” apuntó Hoover. “Esas sucias bolas de nieve que llamamos cometas, los océanos de hielo incrustado de las lunas jovianas de Europa y Calisto, las heladas lunas de Saturno, y las capas polares de hielo y permafrost de Marte son de extrema importancia para la astrobiología. Pueden albergar microorganismos activos; antiguos microbios que permanezcan viables en una profunda anabiosis (ej.: animación suspendida) o incluso microbios largo tiempo muertos con su microestructura, bioquímica y quizás incluso material genético preservado”. 'Estamos estudiando los microorganismos encontrados en el permafrost ártico y antártico, glaciares y láminas de hielo”, comentó Hoover. “Es un ecosistema muy estable debido a que la temperatura permanece igual por largos periodos de tiempo. La paleovida del permafrost puede albergar las llaves de la evolución de la vida y de la distribución de la misma en el Cosmos”. Hoover explicó los tres tipos de formas de vida encontrada en el permafrost: las activas que permanecen vivas, las formas suspendidas en anabiosis hasta que las cosas se pongan mejor y las que simplemente murieron. #4#'Estamos entusiasmados con los microbios y plantas vivas que hemos encontrado en el permafrost y en las capas de hielo y glaciares y con las formas viables pero dormidas, antiguos microorganismos que pueden ser cultivados procedentes del corazón del hielo”, explicó Hoover. “Incluso los microorganismos muertos del antiguo permafrost y hielos profundos son tremendamente interesantes debido a su estado de preservación”. Estas formas de vida preservadas (desde diatomeas y bacterias a mamuts) pueden albergar material genético con pistas acerca de cómo ha cambiado la vida a nivel molecular y encontrar un tesoro de antiguas enzimas, proteínas y compuestos bioquímicos. Los ecosistemas de hielo y permafrost proporcionan pistas para la vida potencial en el permafrost o casquetes de hielo de Marte, cometas y las lunas cubiertas de hielo de Júpiter (Europa, Ganímedes, Calisto) y Saturno (Miranda, Titán), entre otros.
De las cuatro lunas de Júpiter - Io, Europa, Ganímedes y Calisto (mostrados en escala relativa y en orden de cercanía a Júpiter) – las tres últimas están cubiertas con agua helada que aparentemente flota sobre agua líquida. Esto las hace las primeras candidatas en la búsqueda de vida en el Sistema Solar. Fuente: NASA
'También necesitamos entender los glaciares para saber qué debemos mirar y cómo para buscar vida en los hielos marcianos”, explicó Hoover. Por ejemplo, los agujeros crioconíticos pueden ser temporalmente microedenes glaciales. La criconita son escombros de rocas rotas de montañas y rocas superficiales por el efecto del hielo en movimiento y capturadas en el mismo. Cuando la crioconita oscura es transportada cerca de la superficie del hielo, ésta absorbe la luz del sol y se vuelve lo suficientemente caliente para fundir el hielo y crear un hoyo con agua líquida, rica en minerales y nutrientes del polvo de roca, debajo de la roca. Por algunas horas o semanas, es primavera en el hielo glacial para un mundo de diminutas diatomeas, cianobacterias, algas verdes, rotíferos e incluso animales como tardigrados y nemátodos. Para entender donde mirar, Hoover y Vorobyova estudiarán el contenido microbiano del permafrost y la estructura de la interfaz entre el suelo y el hielo, y desarrollarán técnicas que puedan ser usadas en la exploración de Marte, Europa, los cometas y otros mundos helados del Sistema Solar.
http://science.nasa.gov/newhome/headlines/ast27may99_1.htm
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