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Satélites y leones marinos

Publicado por Heber Rizzo | 05/03/2024
El rastreo de algunos de los más experimentados navegantes de la naturaleza ha permitido a los científicos amasar una enorme cantidad de datos oceanográficos.
#1# RESUMEN (Feb. 09, 2007): El rastreo de algunos de los más experimentados navegantes de la naturaleza ha permitido a los científicos amasar una enorme cantidad de datos oceanográficos. Ahora, este tesoro de información está siendo utilizado en modelos oceánicos que proporcionan nuevos conocimientos sobre el funcionamiento íntimo del océano. #2# Basado en un comunicado de prensa de la NASA #3#Los mejores oceanógrafos del mundo nunca estudiaron en una universidad. Sin embargo, saben como navegar expertamente a lo largo de los frentes oceánicos, las fronteras invisibles entre las aguas de temperaturas y densidades diferentes. Estos conocedores del océano pueden encontrar ricas pesquerías en lugares y profundidades que otros pueden asumir desiertas. Visitan con regularidad las zonas más dinámicas e interesantes del mar. Los leones marinos, las focas, los tiburones, los atunes y otros depredadores principales del océano comparten algunas de sus experiencias con los investigadores humanos por medio de sistemas electrónicos de rastreo. Además de rastrear a los animales, estos sensores también recogen datos oceanográficos, tales como temperatura y salinidad. Los científicos están comenzando a incorporar este tesoro de información en modelos oceánicos que proporcionan nuevos conocimientos sobre el funcionamiento íntimo del océano y de las vidas de sus criaturas. “Nuestra meta es producir un modelo tridimensional del océano”, dice el oceanógrafo de JPL Dr. Yi Chao. Chao utiliza datos provenientes de satélites, buques, boyas y flotadores para cartografiarlas corrientes, el contenido calórico y las diferentes densidades del agua debajo de la superficie oceánica. Cuando Chao oyó que el Dr. Dan Costa, un profesor de biología marina de la Universidad de California, Santa Cruz, presentó algunos de sus datos de rastreo de animales en un encuentro científico hace algunos años, vio una oportunidad de mejorar sus modelos oceánicos. Costa reconoció una oportunidad de obtener una imagen más clara del lugar donde viven sus sujetos de investigación. #4#Chao y Costa comenzaron su colaboración con los leones marinos. Costa estudia la forma en que los mamíferos marinos se adaptan al ambiente marino. Como parte de su investigación, él y sus estudiantes identifican y rastrean a los leones marinos frente a la costa de Santa Cruz. Chao y sus colegas de JPL utilizaron los datos independientes sobre temperatura recogidos por los leones marinos para ver cuán bien su modelo oceánico podía predecir la temperatura a profundidades específicas. Luego, trabajaron sobre la forma de asimilar los datos de los leones marinos con datos oceanográficos más convencionales para confeccionar modelos oceánicos más certeros y detallados. “Los satélites proporcionan una visión bi-dimensional del océano”, dice Chao. “Los animales nos proporcionan un corte del océano. Son como globos meteorológicos al revés”. La colaboración de investigación incluye ahora a la Dra. Bárbara Block, una profesora de ciencias marinas de la Universidad de Stanford, Palo Alto, California, y los científicos han agregado a sus estudios datos de rastreo recogidos con atunes y tiburones. Junto a un grupo denominado TOPP (Tagging of Pacific Pelagics = Rastreo de Pelágicos del Pacífico) están trabajando ahora para extender la utilización de datos biológicos y ambientales recogidos por los habitantes del océano. “Estamos en la vanguardia del conocimiento acerca de cómo los animales utilizan el océano”, dice Costa. “Pero deseamos comprender mejor al medio ambiente. Todavía vemos principalmente al océano como profundo o llano, o como cercano a la costa o mar abierto. Pero así como hay hábitats diferentes en tierra firme, el océano tiene características de pequeña escala que son muy importantes para los animales”, explica. “Deseamos ser capaces de mirar al océano y decir el equivalente a “esto es un prado” o “esto es un bosque”. En enero pasado, Costa y su grupo de investigación se dirigieron a la costa de California para comenzar a colocar instrumentos de rastro a focas elefante y a recoger instrumentos que habían sido desplegados la primavera pasada. Este trabajo se encuentra estrictamente regulado a los efectos de asegurar que los animales están protegidos de daños, lo que requiere un permiso del Servicio Nacional de Pesquerías Marinas. #5#“Constantemente estamos aprendiendo cosas nuevas acerca de estos animales que son asombrosas”, dice Costa. Recientemente, uno de sus estudiantes rastreó una foca elefante de 17 años de edad y descubrió que al animal se le había colocado previamente un instrumento cuando tenía 6 años. “Visitó el mismo lugar al que había ido once años antes”, dice Costa. “¿Cuáles son las claves que utiliza para ser capaz de seguir la misma ruta? Los mejores modelos oceánicos nos pueden decir qué es lo que hay allí, qué corrientes enfrentó y cómo lucen los hábitats”. “Por años, los científicos marinos han estado rastreando a los animales marinos”, dice Chao. “Sin embargo, la utilización de los datos es un reto interesante. Hay de todas clases: de atunes, de tiburones, de focas, de lo que se quiera. Algunos de estos datos contienen errores pequeños, otros tienen errores mucho más grandes. Descubrir cómo los ingresamos en nuestro sistema es un reto”, dice, “pero dentro de cinco años deberíamos ser capaces de ver el océano tal como lo ve una tortuga”. “A medida que recogemos más datos del océano y mejoramos nuestros modelos computacionales”, dice Chao, “deberíamos poder realizar mejores pronósticos, en forma similar a lo que han venido haciendo los meteorólogos en las últimas décadas. La gente que lee el periódico o que enciende la televisión en la mañana verá el pronóstico oceánico actualizado y tomará las decisiones apropiadas cuando planifiquen sus actividades en el mar”. Lo que es más importante del uso de los animales marinos como sensores oceánicos es que el trabajo beneficia a los animales, explica Costa. “Las colaboraciones entre los biólogos como Bárbara Block y yo y los oceanógrafos físicos como yo resultan críticos para comprender porqué los animales van a dónde van”, dice, “ya que necesitamos conocer y comprender la física del océano y su relación con los procesos climáticos. Más aún, la capacidad de comprender cómo el cambio climático está afectando a los océanos del mundo beneficiará no únicamente a los seres humanos, sino que es vital para calcular lo que sucederá con el hábitat de los animales marinos”.
http://www.astrobio.net/news/article2235
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