Esta web utiliza 'cookies' propias y de terceros para ofrecerte una mejor experiencia y servicio. Al navegar o utilizar nuestros servicios, aceptas el uso que hacemos de las 'cookies'. Sin embargo, puedes cambiar la configuración de 'cookies' en cualquier momento.

Acepto Más información
Estás viendo

Un hijo de la evolución humana

Publicado por Jesús Canive | 06/10/2024
Hace 3,3 millones de años, moría una niña de tres años en lo que actualmente es Etiopía, en una zona llamada Dikika. A pesar de ser un bebé, está proporcionando a los investigadores un informe único de nuestro pasado.
#1#Resumen (25 de septiembre de 2006): Hace 3,3 millones de años, moría una niña de tres años en lo que actualmente es Etiopía, en una zona llamada Dikika. A pesar de ser un bebé, está proporcionando a los investigadores un informe único de nuestro pasado. La antigüedad, la edad de la muerte y lo completo del esqueleto, hacen que este hallazgo no tenga precedentes en la historia de la paleo-antropología y abre muchas vías de investigación sobre la infancia de los primeros antepasados humanos. #2# Basado en una entrega de la Max Planck Society #3# La revista científica Nature informó del descubrimiento realizado en el noroeste de Etiopía por un equipo de investigación paleo-antropológica liderado por el Dr. Zeresenay Alemseged del Instituto Max Planck (IMP) en Leipzig, Alemania. El nuevo hallazgo contribuirá a nuestra comprensión de la morfología, esquema corporal, comportamiento, movimiento y patrones del desarrollo de nuestros primeros ancestros. Tras una limpieza completa y la preparación del fósil, será posible la reconstrucción, por primera vez, de gran parte del cuerpo de un niño Australopithecus Afarensis de 3 años, que aclarará muchas cuestiones pendientes de los inicios de la evolución humana. El nuevo hallazgo consiste en el esqueleto infantil mas completo del ancestro humano más antiguo jamás hallado, que vivió 150 000 años antes que Luci. Tenía únicamente tres años cuando murió, se trata de un Australopithecus Afarensis (la especie de Luci) y fue hallado en una zona conocida como Dikika, en Etiopía, por un equipo peleo-antropológico, el Proyecto de Investigación Dikika (PID), liderado por el Dr. Zeresenay Alesmeged del Instituto Max Plank. El PID es un proyecto multidisciplinar internacional que lo integran varios investigadores procedentes de diversas áreas del conocimiento y alrededor de 40 ayudantes que realizan el trabajo de campo en Etiopía cada año. El primer fragmento del bebé se encontró el 10 de Diciembre del 2000, pero la recuperación de parte del esqueleto requirió una búsqueda intensiva a lo largo de cuatro temporadas sucesivas de trabajo de campo ente el 2000 y el 2004 Hasta la fecha sólo se había tenido noticia de esqueletos bastante completos de niños de homínidos recientes como los Neandertales o los humanos modernos. Sin embargo no se conocían restos de niños que no fueran algo más que un cráneo, un fragmento de mandíbula o algunos dientes sueltos, del periodo anterior, de varios millones de años, de la evolución humana. Con estos precedentes, el estado de conservación y lo completo del esqueleto de la niña de Dikika, suponen el mayor descubrimiento de la historia de la paleo-antropología. El hallazgo contiene el cráneo completo con una impresión natural de piedra arenisca del cerebro para añadir a lo poco o nada que se conocía de partes de esqueleto incluido el hueso hioides. De la parte superior del esqueleto se recuperó la mayor parte de la columna vertebral, ambos omóplatos, las costillas y ambas clavículas. Los omóplatos son las partes menos frecuentes en los registros de fósiles de los primeros antepasados humanos, excepto algunos fragmentos de Luci y de otras especies de Australopitecus, el Australopitecus Afarensis. #4# Igualmente se recuperaron partes de los miembros inferiores incluyendo ambas rótulas y partes importantes del fémur y la tibia de ambas piernas, además de un pie casi complete. Las evidencias contextuales que llevaron al hallazgo, además de la ausencia de evidencia de actividad de carnívoros, abrasión o traslado del cadáver, indican que la niña fue enterrada probablemente por una inundación inmediatamente después de su muerte. También es posible que la misma inundación fuera la causa de la muerte. Cuando fueron descubiertos, todos los huesos de la parte superior del esqueleto, incluido el cráneo, los omóplatos, las clavículas, las costillas y la columna vertebral estaban envueltos y pegados unos a otros en un bloque compacto de arenisca. En la mayoría de los casos la dificultad que afrontan los paleo-antropólogos es recomponer las piezas muy fragmentadas que encuentran. Sin embargo, en el caso de la niña de Dikika, el desafío era lo contrario. Los sedimentos tenían que quitarse casi grano a grano, utilizando instrumentos dentales que entraran entre las costillas y la columna vertebral retorcida. El proceso ha llevado hasta la fecha, cinco años, al equipo del IMP. El espécimen fue también escaneado con un TAC en el Centro de Diagnóstico de Nairobi, en Kenia. Esta técnica permite a los investigadores examinar el desarrollo de los dientes permanentes, lo que determina el sexo y la edad en el momento de la muerte. Entre las principales contribuciones científicas de este hallazgo están, en primer lugar, que la niña de Dikika documenta por primera vez la morfología completa del cráneo de un joven Australopitecus Afarensis. Basándose en el nuevo hallazgo, ahora es posible estudiar cómo cambia durante el crecimiento, el cráneo de un A. Afarensis cuando los individuos pasan de la niñez a la edad adulta. En segundo lugar, el tamaño del cerebro de la niña de Dikika, que tenía tres años cuando murió, se estima en 330 cm. cúbicos, lo cual no difiere mucho del de un chimpancé de la misma edad. Sin embargo, si se comparan con los valores de los adultos de sus respectivas especies, el bebé de Dikika había alcanzado entre el 63% y el 88% del tamaño del cerebro adulto, que es inferior al 90% que un chimpazé alcanza a la edad de tres años. Esta relativa lentitud en el crecimiento cerebral observado en el A. Afarensis es ligeramente más cercana a la de los humanos, indicando un posible cambio conductual en las especies que vivieron hace 3,5 millones de años. En tercer lugar, el post cranium (el resto del esqueleto que no es cabeza) está representado por muchos huesos que almacenan información vital relativa a la locomoción y a la talla del A. Afarensis. El fémur, la tibia y el pie de la niña tenían evidencias de que esta antigua especie caminaba erguida de manera eficaz incluso a la edad de tres años. Sin embargo los dos omóplatos son similares a los de los gorilas. Los dedos son también largos y curvados como los encontrados en otros especimenes de A. Afarensis. #5# Esto hace que surjan viejas preguntas aún sin respuesta. Aunque el A. Afarensis era un bípedo efectivo cuando estaba en el suelo, probablemente mantenía sus capacidades para trepar a los árboles, lo que podría haber sido adaptativo para pernoctar y evitar a los depredadores, especialmente a los más pequeños. En cuarto lugar, entre los excitantes y poco comunes descubrimientos, se encuentra el hueso hioides. Su morfología en la niña de Dikika es similar al de los grandes simios africanos y diferente del de los humanos. Este hueso es desconocido en cualquier especie de ancestros humanos excepto en un espécimen Neandertal, y se supone que ha tenido un importante papel en el desarrollo de habla humana, proporcionándonos algunas claves para comprender la naturaleza y evolución de la laringe humana. Aún se trabaja en la preparación del nuevo fósil. Los elementos que se han tratado en este artículo sólo se han investigado parcialmente. Además, hasta este momento, no ha sido posible examinar muchas partes del esqueleto, especialmente las costillas, las vértebras y las clavículas, así como analizar su relevancia para el comportamiento locomotor del A. Afarensis. Sin embargo, cuando esto se haya realizado, surgirá un nuevo esquema corporal de un bebé de ancestros humanos que será crucial para abordar cuestiones relacionadas con el comportamiento, las proporciones corporales, la talla y el desarrollo esquelético en los primeros ancestros humanos.
http://www.astrobio.net/news/article2094.html
x Comentarios

Comentarios

Enviar