Es posible que un episodio de calentamiento global haya enviado hacia la atmósfera ciertos gases que provocaron la gran catástrofe de fines del período Pérmico.
Unas erupciones volcánicas ocurridas en Siberia hace 251 millones de años pueden haber iniciado una cadena de acontecimientos que llevaron a elevar los niveles de sulfuro de hidrógeno de los océanos y en la atmósfera, precipitando la mayor extinción en masa de la historia de la Tierra, según la opinión de un geocientífico de la Universidad Estatal de Pennsylvania.
“El fechado reciente de los volcanes de las Trampas Siberianas que los situó como contemporáneos de la extinción de fines del Pérmico sugiere que fueron el disparador de los sucesos ambientales que la causaron”, dice el Dr. Lee R. Kump, profesor de geociencias. “Pero el calentamiento causado por estos volcanes a través de sus emisiones de bióxido de carbono no pudo ser suficiente como para causar por sí mismo esas extinciones”.
Ese calentamiento, sin embargo, pudo haber iniciado una serie de acontecimientos que llevaron a la extinción en masa. Durante la extinción de fines del Pérmico desapareció un 95 por ciento de todas las especies de la Tierra, número superior al de 75 por ciento del evento K-T, cuando aparentemente un gran asteroide hizo que desaparecieran los dinosaurios.
El bióxido de carbono volcánico habría causado un calentamiento atmosférico que, a su vez, calentó las aguas oceánicas superficiales. Normalmente, el océano profundo toma su oxígeno de la atmósfera en los polos. Allí, el agua fría se llena de oxígeno y como el agua fría es densa, se hunde y se mueve lentamente hacia el ecuador, llevando el oxígeno con ella. Cuanto más cálida sea el agua, menos oxígeno podrá disolver y más lentamente se sumergirá el agua y se moverá hacia el ecuador.
“El agua más cálida enlentece el cinturón de convección y llega menos oxígeno hacia la profundidad del océano”, dice Kump.
La lluvia constante de restos orgánicos producidos por las plantas y los animales marinos necesita oxígeno para descomponerse. Con menos oxígeno, menos productos orgánicos son consumidos aeróbicamente.
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Localización de las Trampas Siberianas. |
“Hoy en día no hay suficientes productos orgánicos en los océanos como para que éste se vuelva anóxico”, dice Kump. “Pero en el Pérmico, si el calentamiento causado por el bióxido de carbono volcánico redujo el oxígeno del océano, y especialmente si los niveles de oxígeno atmosférico eran menores, los océanos quedarían vacíos de oxígeno”.
Una vez que el oxígeno se ha ido, los océanos se convierten en un reino de bacterias que obtienen su oxígeno de los compuestos de óxidos de azufre. Estas bacterias toman el oxígeno de los compuestos y producen sulfuro de hidrógeno. El sulfuro de hidrógeno mata a los organismos aeróbicos.
Los seres humanos pueden oler el gas de sulfuro de hidrógeno, el olor de las coles putrefactas y de los huevos podridos, en el orden de una parte por billón. En las profundidades del Mar Negro actual, el sulfuro de hidrógeno está presente en el orden de unas 200 partes por millón. Este es un caldo tóxico en el cual cualquier organismo aeróbico (que necesite oxígeno) morirá. En el caso del Mar Negro, el sulfuro de hidrógeno permanece en las profundidades porque nuestra atmósfera rica en oxígeno se mezcla en la capa superior del agua y controla la difusión hacia arriba del sulfuro de hidrógeno.
A fines del Pérmico, a medida que los niveles de oxígeno atmosférico disminuían y los niveles de sulfuro de hidrógeno y de bióxido de carbono crecían, las capas superiores de los océanos se habrían enriquecido catastróficamente de sulfuro de hidrógeno. Esto habría matado a la mayor parte de las plantas y de los animales marinos. El sulfuro de hidrógeno que se dispersara en la atmósfera mataría a la mayor parte de la vida terrestre.
“Una atmósfera rica en sulfuro de hidrógeno se corresponde mejor con una extinción que una enriquecida con bióxido de carbono”, dice Kump. “El bióxido de carbono tendría un profundo efecto en la vida marina, pero las plantas terrestres prosperarían con él, pero vemos que también están incluidas en la extinción”.
Otra pieza del rompecabezas que rodea a esta extinción es que el sulfuro de hidrógeno destruye la capa de ozono. Recientemente, el Dr. Henk Visscher de la Universidad de Utrecht y sus colegas sugirieron que hay esporas fósiles de fines del Pérmico que muestran deformidades que los investigadores sospechan fueron causadas por luz ultravioleta.
“Estas deformidades están de acuerdo con la idea de que la capa de ozono fue dañada, dejando entrar más luz ultravioleta”, dice Kump.
Una vez que el proceso ha comenzado, el metano producido en los grandes pantanos de esa época tenía pocas cosas en la atmósfera que pudieran destruirlo. La atmósfera se convierte así en una de sulfuro de hidrógeno, metano y radiación ultravioleta.
El investigador de la Universidad Estatal de Pennsylvania y sus colegas están buscando biomarcadores, indicios de que las bacterias fotosintetizadoras del azufre en sedimentos marinos profundos para complementar otros biomarcadores encontrados en sedimentos de aguas poco profundas de esa época acerca de los cuales informaron recientemente Kliti Grice de la Universidad Curtin de Tecnología de Australia y otros colegas, en el número del 4 de febrero de la revista
Science.
Estas bacterias viven en lugares donde no hay oxígeno, pero sí llega algo de luz solar. Habrían estado en su mejor momento a fines del Pérmico. El hallazgo de evidencia de bacterias verdes sulfurosas proporcionaría pruebas de que el sulfuro de hidrógeno fue la causa de las extinciones en masa.
Web Site: Space Reference
Artículo: “Global warming led to atmospheric hydrogen sulfide and Permian extinction”
Fecha: Febrero 21, 2005
Para Astroseti.org: Heber Rizzo Baladán