En una reunión de físicos el pasado Octubre, David Gross, laureado con el Premio Nóbel, perfiló 25 preguntas sobre ciencia que pensó que los físicos podrían ayudar a contestar. Diseminadas entre preguntas acerca de agujeros negros y de la naturaleza de la
Una de las preguntas de Gross involucraba la
conciencia humana.
El se preguntaba si los científicos serían capaces de medir los comienzos de la conciencia en los infantes y especulaba que la conciencia podría ser similar a lo que los físicos llaman una “transición física”, una transformación repentina y abrupta a gran escala como resultado de varios cambios microscópicos. El surgimiento de la superconductividad en ciertos metales cuando son enfriados por debajo de una temperatura crítica es un ejemplo de una fase de transición.
En una entrevista reciente por correo electrónico, Gross dijo que piensa que existen muchos niveles diferentes de conciencia, pero que piensa que el lenguaje es un factor crucial que distingue al humano de las otras variedades de animales.
Gross no es el único físico con ideas respecto de la conciencia.
Más allá de lo místico
Roger Penrose, un físico matemático de la Universidad de Oxford, piensa que si alguna vez se desarrolla en física una “teoría del todo” para explicar los fenómenos conocidos del universo, debería de tomarse en cuenta, por lo menos parcialmente, la conciencia.
Penrose también piensa que las mecánicas del cuanto, las reglas que gobiernan el mundo físico a nivel subatómico, podrían jugar un importante papel en la conciencia.
No fue hace mucho tiempo que un estudio de la conciencia era considerado como algo demasiado abstracto, demasiado subjetivo o demasiado difícil de ser estudiado científicamente. Pero en años recientes, ha emergido como uno de los campos nuevos más polémicos en biología, similar a la teoría de las cuerdas en física o a la búsqueda de vida extraterrestre en astronomía.
Ya no solamente atrae la atención de los científicos el punto de vista de los filósofos y místicos, sobre la conciencia, también está atrayendo la atención de los científicos de una diversa gama de diferentes campos en su especie, cada uno, por lo visto, con sus propias teorías respecto de lo que es la conciencia y de como surge del cerebro.
En muchas religiones, la conciencia está fuertemente unida al concepto ancestral del alma, la idea de que en cada uno de nosotros existe una esencia inmaterial que sobrevive a la muerte y quizá aún, antecede al nacimiento mismo. Se pensaba que el alma era lo que nos permitía pensar y sentir, recordar y razonar.
Nuestra personalidad, nuestra individualidad y nuestra humanidad se pensaba que se originaban en el alma.
Hoy en día, estas cosas se atribuyen por lo general a procesos físicos del cerebro; pero exactamente cómo, las señales químicas y eléctricas entre miles de billones de células cerebrales denominadas neuronas, se transforman en pensamientos, emociones y sentido de uno mismo, se desconoce aún.
"Casi todo mundo está de acuerdo de que existen grandes correlaciones entre lo que hay en el cerebro y la conciencia”, dice David Chalmers, un profesor de filosofía y Director del Centro para la Conciencia en la Universidad Nacional Australiana. “La pregunta es que clase de explicación darían ustedes. Queremos más que correlación, queremos explicación – cómo y porqué los procesos cerebrales dan lugar a la conciencia”. Ese es el gran misterio.
Simplemente acéptenlo
Chalmers es mejor conocido por diferenciar entre los problemas “fáciles” de la conciencia y el problema “difícil”.
Los problemas fáciles son aquellos que tratan con funciones y comportamientos asociados con la conciencia e incluyen preguntas como estas: ¿Cómo ocurre la percepción? ¿Cómo une el cerebro a las diferentes clases de información sensorial para producir la ilusión de una experiencia continuada?
"Esos son los que yo denomino problemas fáciles, no porque sean triviales, sino porque caen dentro de los métodos estándar de las ciencias cognitivas”, dice Chalmers.
El problema difícil para Chalmers es el relativo a la experiencia subjetiva.
"Usted tiene un tipo de experiencia distinto – una calidad diferente de experiencia – cuando usted ve rojo, cuando ve verde, cuando escucha una nota en Do, cuando prueba chocolate”, Chalmers le comentó a
Live Science. “En cualquier momento en que esta consciente, cuando sea que tenga una experiencia subjetiva, se percibe como algo”.
De acuerdo con Chalmers, la naturaleza subjetiva de la conciencia impide que sea explicada en términos de componentes simples, un método utilizado con mucho éxito en otras áreas de la ciencia. Piensa que contrariamente a la mayoría del mundo físico, que puede ser seccionado en átomos individuales, u organismos, que pueden ser comprendidos en términos de células, la conciencia es un aspecto irreducible del universo, como el espacio, el tiempo y la masa.
"Esas cosas de alguna manera no necesitaron evolucionar”, dijo Chalmers. “Eran parte del mobiliario fundamental del mundo desde un principio”.
En vez de tratar de reducir la conciencia a algo distinto, Chalmers piensa que la conciencia simplemente debemos de considerarla como un hecho, de la misma manera que el espacio el tiempo y la masa lo son en física. De acuerdo con este punto de vista, una teoría de la conciencia no explicaría que es la conciencia o cómo se creo; en vez de ello, trataría de explicar la relación entre la conciencia y todo lo demás en el mundo.
Sin embargo, no todos están muy entusiasmados con esta idea.
'No es demasiada ayuda’
"No ayuda demasiado”, dijo Susan Greenfield, una profesora de farmacología en la Universidad de Oxford.
"No se puede hacer demasiado con ella”, apunta Greenfield. "Es el ultimo recurso, porque, ¿qué es lo que se puede hacer con esa idea? No puede aprobarse o refutarse y no puede ser probada. No ofrece una explicación o da luz alguna, ni da respuestas a porque la gente se siente de la manera que se siente.
La propia teoría de Greenfield sobre la conciencia, esta influenciada por su experiencia en el trabajo con drogas y enfermedades mentales. A diferencia de otros científicos – principalmente de Francis Crick, codescubridor de la estructura del ADN y su colega David Koch, profesor de computación y sistemas neuronales en Caltech – quienes creían que los diferentes aspectos de la conciencia como la sensación visual, están codificados por neuronas específicas, Greenfield piensa que la conciencia involucra a grandes grupos de neuronas no especializadas repartidas a través de todo el cerebro.
Lo importante para la teoría de Greenfield es una distinción entre ‘conciencia’ y ‘mente’, términos que según dice ella, sus colegas utilizan intercambiablemente, pero que ella cree que son dos conceptos totalmente diferentes.
"Hablamos respecto de perder la mente, o rompernos los sesos o estar fuera de sí mismos, pero esas cosas no necesariamente involucran una pérdida de la conciencia”, dijo Greenfield en una entrevista telefónica. “ De manera similar, cuando uno pierde la conciencia, cuando nos vamos a dormir en la noche o cuando somos anestesiados, no pensamos realmente que vayamos a volvernos locos”.
Como lo mojado del agua
De acuerdo con Greenfield, la mente está formada por las conexiones físicas entre las neuronas. Estas conexiones evolucionan lentamente y están influenciadas por nuestras experiencias anteriores y por ello, el cerebro de cada uno de nosotros es único.
Pero mientras que la mente esta enraizada en las conexiones físicas entre las neuronas, Greenfield cree que la conciencia es una propiedad emergente del cerebro, similar a la calidad de ‘mojado’ del agua o a la ‘transparencia’ del vidrio, ambas de las cuales son propiedades que son el resultado de – es decir que han surgido de – las acciones de moléculas individuales.
Para Greenfield, una experiencia de la conciencia ocurre cuando un estímulo – ya sea externo, como una sensación, o interno, como un pensamiento o una memoria – desata una reacción en cadena dentro del cerebro. Al igual que en un terremoto, cada experiencia conciente tiene un epicentro y las ondas de ese epicentro viajan a través del cerebro, reclutando neuronas a su paso.
La mente y la conciencia están conectadas en la teoría de Greenfield porque la fuerza de una experiencia consciente está determinada por la mente y la fuerza de sus conexiones neuronales existentes – conexiones forjadas por experiencias anteriores.
Parte del misterio y de la excitación respecto de la conciencia es que los científicos desconocen que forma tomará la respuesta final.
"Si yo le dijese a usted que resolví el problema ‘difícil’, usted no sería capaz de adivinar si sería una formula, un modelo, una sensación, o una droga”, dijo Greefield. “¿Qué estaría dándole?”
Artículo de Live Science - Ker Than
Aportación deLiberto