La transformación del mundo hermano en un lugar habitable sigue siendo tema de ficción. Pero tal vez, en el futuro será una realidad.
Alguna vez, la terraformación fue únicamente una provincia de la ciencia-ficción. En la década de 1930, Olaf Stapledon escribió sobre la electrolización de un mar global en Venus a los efectos de prepararlo para ser habitable para los seres humanos en “Los últimos y los primeros hombres”.
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La Tierra vista desde el espacio. ¿Podremos construir un mundo igual? |
Jack Williamson acuñó el término “terraformar” en la década de 1940 en una serie de historias cortas. Y en 1951, Arthur C. Clarke lo expuso al gran público en su novela “Las arenas de Marte”. Finalmente, en la década de 1990 Kim Stanley Robinson retomó la antorcha de la terraformación en su trilogía épica “Marte rojo”, “Marte verde” y “Marte azul”.
Los científicos comenzaron a considerar seriamente la terraformación hacia la década de 1960, cuando Carl Sagan publicó varios artículos que trataban sobre la posibilidad de terraformar Venus. El astrobiólogo Chris McKay de la NASA prefiere utilizar el término “ecosíntesis” al de terraformar, ya que la posibilidad de recrear condiciones similares a las de la Tierra será realmente un gran reto tecnológico.
“No creo que podamos terraformar Marte, si esto significa (como fue definido originalmente) convertirlo en apto para los seres humanos”, dice McKay.
“Pero podríamos hacer que Marte fuera apto para la vida. Los seres humanos son un subgrupo particular de la vida que requiere condiciones particulares. Y sucede que el oxígeno en particular es muy difícil de hacer en Marte. Eso está, creo, más allá de nuestros horizontes tecnológicos; es algo que queda para muy lejos en el futuro.
Pero el calentamiento de Marte, y la restauración de su espesa atmósfera de bióxido de carbono, es decir, la restauración de su estado habitable, es posible. Es una forma de estirar la palabra “terraformar”, pero si se lo quiere llamar así, entonces es posible. Bob McElroy acuñó la palabra “ecosíntesis” para éso, y pienso que es una definición mejor”.
El ilustrador Thierry Lombry ha producido algunas de las visualizaciones más fascinantes y detalladas que muestran la forma en que el paisaje marciano podría ser modificado a lo largo de cientos de miles de años.
Marte, el rojo
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Antes de la terraformaciónCrédito: Thierry Lombry |
Hoy, Marte es un mundo frío, seco y árido. Su suelo podría ser tóxico, carcinogénico y alergénico. Es un mundo inhóspito.
La temperatura media se encuentra debajo del punto de congelación, pero varía desde -125ºC en invierno hasta +20ºC en el ecuador en verano. Debido a la baja presión atmosférica y al frío, el suelo es compacto, y una escarcha carbónica nocturna cubre las rocas rojas.
Rocas caídas, fracturas, cráteres semienterrados y volcanes extintos son las únicas trazas de actividad superficial. Los vientos y las tempestades lanzan polvo hacia la atmósfera, dándole una tonalidad naranja-rosada.
Marte, el marrón (el próximo milenio)
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Durante la terraformaciónCrédito: Thierry Lombry |
Quinientos años después de iniciarse la terraformación, miles de millones de toneladas de bacterias fotosintéticas y de gases de invernadero han sido inyectadas en la atmósfera. Espejos en ángulo para intensificar la luz solar, junto con las explosiones provocadas por ingeniería de varios volcanes, han elevado el calor superficial.
La temperatura aumenta, licuando el agua sub-superficial. Esta agua transforma los cráteres en lagos y estanques, y los ríos serpentean por el suelo. El polvo atmosférico regresa lentamente al suelo, dándole al cielo un tono más azulado. El aire todavía no es respirable. Los primeros colonizadores exploran el planeta.
Marte, el azul (la época siguiente)
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Después de la terraformaciónCrédito: Thierry Lombry |
La única porción de agua helada sub-superficial se encuentra en las regiones polares. La temperatura media es de 10ºC, y alcanza los 35ºC en el verano ecuatorial. En las decenas de centímetros que se encuentran justo debajo de la superficie, la temperatura permanece sobre el punto de congelación, incluso en invierno.
El cielo es azul, los ríos y los lagos han invadido el planeta, como en las antiguas épocas marcianas. El suelo reverdece, cubierta de musgo espeso y de líquenes, e incluso algunas hierbas se han adaptado a las condiciones templadas.
La vida se ha aclimatado. Ahora arbustos, flores e incluso insectos y peces podrían sobrevivir. Sin embargo, los esfuerzos de terraformación deben ser mantenidos porque Marte es demasiado pequeño como para retener su atmósfera.
El aire es respirable, de modo que los exploradores no necesitan máscaras de oxígeno. Marte el azul puede comenzar a sostener los primeros asentamientos humanos.
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Traducido para Astroseti.org por
Heber Rizzo Baladán
Web Site: Space Daily
Artículo: “Mars, The Blue Ecosynthesis”
Fecha: Agosto 09, 2005