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Ver para creer, científicos de Singapore han creado una batería de papel que reacciona con la orina para generar 1,5 voltios de corriente. Suficiente para alimentar a los microchips que se encargan de analizar el estado de salud del paciente.

Por Lucy Sherriff
Publicado el lunes 15 de Agosto 2005, 11:41 GMT

Investigadores de Singapore han desarrollado una batería de papel que funciona con orina. A pesar de sonar absolutamente estúpido, este logro promete una fuente de energía barata y realmente accesible a emplear en pruebas médicas caseras que puedan detectar enfermedades como la diabetes.

La inversión en investigaciones encaminadas a desarrollar circuitos más baratos y pequeños, que procesaran la información de las pruebas de salud desechables ha sido significativa, pero seguían dependiendo de una fuente de energía externa. Los investigadores del Instituto de Bioingeniería y Nanotecnología de Singapore (IBN) creen que han logrado superar este problema.

La batería está compuesta de papel, empapado en cloruro de cobre, ubicado en el medio (como un sándwich) de dos capas de magnesio y cobre. Todo el conjunto, una vez plastificado, tiene un espesor de apenas un milímetro, y un tamaño de 6x3 cms.

Los científicos informan que con apenas 0,2 milímetros de orina, la batería suministra alrededor de 1,5 voltios, con una producción máxima de 1,5 milivatios. El rendimiento varía según la geometría de la batería y el material empleado.

El doctor Ki Bang Lee, investigador jefe, ve un gran Mercado para la batería. Sostiene que se la podría integrar fácilmente en los sistemas bio-electrónicos empleados en “aplicaciones de diagnóstico sanitario”, haciendo mucho más sencillo que las personas pudieran controlar su propio estado de salud, yendo al médico solo cuando fuera absolutamente necesario. ®

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Fuente noticia The Register

Traducido por Miguel Artime para