Nada escapa al escepticismo y las teorías alternativas de los internautas: el experimento Miller-Urey, las extinciones por asteroides, el origen de la vida... Veamos cómo responden nuestros expertos al desafío.
Pregúntale a un astrobiólogo
ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LA VIDA
por David Morrison, científico senior del NAI
Pregunta: Si la evolución existe en todos los aspectos de la vida, y la vida sobre la Tierra ha sido posible por una serie de cambios a largo plazo, ¿hay algún estudio sobre cómo hemos llegado a este punto de la evolución y, sobre todo, qué debemos esperar? Respuesta: La evolución es la única idea que tiene sentido ante la gran abundancia y complejidad de la vida en nuestro planeta. Durante la pasada década se publicaron cientos de libros y decenas de miles de publicaciones técnicas sobre esta materia. Entre los libros semi-populares (de alta divulgación) más interesantes se encuentran “La vida en evolución” (“Life evolving”), de Christian de Duve, “Extinción: malos genes o mala suerte” (“Extinction: bad genes or bad luck”), de David Raup, “La vida sobre un joven planeta: los primeros tres mil millones de años de evolución sobre la Tierra” (“Life on a young planet: the first three billion years of evolution on Earth”), de Andrew Knoll, “Lo que es la evolución” (“What evolution is”), de Ernst Mayr y Pared Diamond, “Evolución: el triunfo de una idea” (“Evolution: the triumph of an idea”), de Carl Zimmer, y un libro de carácter más técnico, “La estructura de la teoría evolucionista” (“The structure of evolutionary theory”), de Stephen Gould. Algunos de estos autores también tratan de manera breve sobre lo que nos puede deparar el futuro, aunque es algo extremadamente difícil de predecir. Puede encontrar un punto de vista a largo plazo bastante pesimista en “La vida y la muerte del planeta Tierra” (“The life and death of planet Earth”), de Peter Ward y Don Brownlee.
2 de diciembre de 2003
Pregunta: ¿Qué información puede utilizarse para cuestionar el experimento de Miller y Urey? Respuesta: Me parece muy curioso que quiera cuestionar el experimento Miller-Urey, en el que se sintetizó una gran variedad de compuestos orgánicos por aplicación de energía (descargas eléctricas o de luz ultravioleta) a una mezcla de agua, hidrógeno, metano y amoníaco. El experimento ha sido repetido y los resultados verificados miles de veces en laboratorios de todo el mundo. Constituye uno de los pasos más importantes hacia nuestro actual entendimiento de la química de la Tierra primitiva, aunque ahora sabemos que la atmósfera original de la Tierra tenía una composición un tanto diferente. ¿Realmente cree que Miller y Urey, o que los miles de científicos y estudiantes que han repetido el experimento, estaban equivocados? Es estupendo tratar de cuestionar experimentos o teorías si hay evidencias para contradecirlas, pero cuestionar los resultados de Miller-Urey me parece una tarea bastante desesperada.
7 de noviembre de 2003
Pregunta: ¿Cómo refutaría la idea de que un asteroide causara una extinción? Respuesta: Las extinciones pueden estar provocadas por muchas causas, pero me temo que usted está interesado principalmente en las extinciones masivas, en las que una fracción sustancial de toda la vida se extingue por una única catástrofe medioambiental. En el caso de la extinción masiva que tuvo lugar a finales del Cretácico, hace 65 millones de años, estamos bastante seguros de que la causa fue la colisión de la Tierra con un cometa o un asteroide de unos 15 km de diámetro, que dejó un cráter de impacto en México que hoy conocemos como Chicxulub. Esta conclusión ha sido apoyada por muchas evidencias, y muy pocos científicos siguen siendo escépticos ante ella a día de hoy. En ningún otro caso hay evidencias tan sólidas de un impacto asociado a una extinción masiva. Hay algunos datos sugerentes, pero nada que pueda llamarse “prueba”. Sin embargo, tampoco hay nada que desmienta la hipótesis de que estas extinciones masivas están asociadas a un impacto, y no sé qué podría refutar esta hipótesis, excepto, quizás, una explicación alternativa que fuera sustentada más sólidamente por las evidencias. Para tener más información acerca de los impactos y las extinciones masivas, podría interesarle leer los libros “Extinción: malos genes o mala suerte” (“Extinction: bad genes or bad luck”), de David Raup, “La noche se cierne sobre el Cretácico” (“Night comes to the Cretaceous”), de James Powell, o “Cuando la vida estuvo a punto de extinguirse” (“When life nearly died”), de Michael Benton.
16 de octubre de 2003
Pregunta: Sé que las ideas de Hoyle y Wickramasinghe sobre la panspermia no tienen una gran aceptación, pero ¿qué pruebas científicas hay en contra de su idea de que el polvo interestelar está lleno de esporas bacterianas? ¡Gracias por su ayuda! Respuesta: No estoy al tanto de ninguna prueba en contra, sólo un escepticismo general entre los astrobiólogos. No he conocido nunca a un científico que piense que las evidencias presentadas por Hoyle y Wickramasinghe sean convincentes. Sabemos desde hace tiempo que hay numerosos compuestos orgánicos (con base de carbono) en el espacio, algo fácilmente deducible por espectrometría tanto infrarroja como de microondas. Pero pasar de estos compuestos orgánicos simples a bacterias supone un salto enorme, además de que las bacterias que tenemos en la Tierra no sobrevivirían durante mucho tiempo en el espacio interestelar. Carl Sagan escribió en una ocasión que una reivindicación extraordinaria requiere evidencias extraordinarias que la apoyen, y, respecto a este asunto, el consenso científico es total: las evidencias presentadas a favor de la existencia de bacterias en el espacio interestelar no son ni siquiera ligeramente convincentes de acuerdo con los criterios ordinarios, ni mucho menos de calidad “extraordinaria”.
14 de octubre de 2003
Pregunta: ¿Sigue considerándose válido el experimento de Miller y Urey? ¿Por qué o por qué no? Respuesta: El experimento Miller-Urey supuso un hito importante en la comprensión del origen de la vida. Siguiendo las indicaciones de su tutor, el premio Nobel Harold Urey, el licenciado por la Universidad de Chicago, Stanley Miller, llevó a cabo una serie de experimentos de laboratorio para determinar si era posible sintetizar compuestos orgánicos complejos bajo condiciones químicamente similares a las de la Tierra primitiva. Por aquel entonces, se creía que estas condiciones implicaban una química rica en hidrógeno o de carácter reductor, por lo que Miller utilizó en sus experimentos compuestos como metano y amoníaco, además de agua. Descubrió que bajo estas condiciones era posible obtener muchos compuestos orgánicos o con contenido en carbono, lo que supuso un apoyo sustancial al concepto de que la vida (o al menos los ladrillos químicos de la vida) tuvieron su origen en la Tierra a través de procesos químicos naturales. Sí, fue un experimento totalmente válido, verificado a posteriori en numerosas ocasiones. Sin embargo, ahora creemos que la atmósfera primitiva de la Tierra tuvo una química algo diferente (menos reductora), por lo que se han realizado numerosas variantes del experimento Miller-Urey original utilizando otras mezclas de gases.
21 de agosto de 2003
Traducido por Daniel G. Furones para:
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