El XMM-Newton ha encontrado por primera vez evidencias de la existencia de un agujero negro en el centro de un cúmulo globular próximo a NGC 4472.
Se ha hallado un agujero negro devorando una estrella cercana en el centro de un denso cúmulo globular, lo que ha proporcionado la primera señal clara de la existencia de agujeros negros en estas densas agrupaciones de estrellas denominadas cúmulos globulares.
Hasta ahora se habían encontrado colosales agujeros negros en el centro de galaxias, con masas de miles de millones la masa de nuestro Sol. Igualmente se han descubierto agujeros negros más pequeños en otros ambientes como por ejemplo los brazos en espiral de la Vía Láctea.
Pero hasta la fecha no había evidencia clara de la existencia de agujeros negros dentro de cúmulos globulares (agrupaciones esféricas de millones de estrellas). Esto es interesante ya que existen distintas teorías acerca de lo que sucedería con estos agujeros negros.
Algunos científicos creen que cualquier agujero negro formado en ese ambiente por la muerte de estrellas masivas, tendería a se expulsado fuera del cúmulo por la interacción gravitacional con otras estrellas. Otros argumentan que los agujeros negros del tamaño de una estrella tenderían a agruparse formando agujeros negros más grandes que podrían llegar a equipararse a los agujeros negros supermasivos hallados en el centro de las galaxias.
Discernir entre las dos opciones es difícil ya que no se habían observado hasta la fecha ningún agujero negro en cúmulos globulares. Se pueden obtener indicios de su existencia a través de las emisiones de rayos X, que se cree se producen en el proceso de absorción de las estrellas próximas.
Sin embargo algunos científicos sugieren que el rápido movimiento de algunas estrellas cerca del centro de los cúmulos globulares podría ser el resultado de la gravedad de muchas estrellas muertas. De igual forma sugieren que las fuertes emisiones de rayos X podrían provenir de la materia acumulada por varias estrellas de neutrones que están demasiado agrupadas para distinguirse, en lugar de un agujero negro individual.
Un grupo de astrónomos liderado por Thomas Maccarone de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido ha encontrado la mejor evidencia hasta la fecha de un agujero negro en un cúmulo globular.
Utilizando el satélite XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea, Maccarone y sus colegas han encontrado un potente foco de rayos X proveniente de un cúmulo globular próximo a la galaxia NGC 4472, situada a unos 60 millones de años luz de distancia.
El foco es demasiado potente para ser explicado por estrellas de neutrones que absorben materia de sus compañeras, a menos que varias de ellas estén contribuyendo a la emisión de rayos X, y eso parece improbable, ya que el foco ha variado su intensidad en un factor de siete en sólo unas pocas horas. Para lograr esto se tendría que dar la sincronización de muchos objetos.
Esto sólo deja una explicación plausible, afirma Maccarone, que el agujero negro esté aspirando materia de una estrella cercana como una gigante roja.
El posible agujero negro es el único hallado entre 6000 cúmulos globulares que el XMM-Newton ha observado en las proximidades de NGC 4472.
Vicky Kalogera, astrónoma de la Universidad del Noroeste en Evanston, Illinois, ha realizado estudios teóricos de cómo deberían comportarse los agujeros negros en el interior de cúmulos globulares y está de acuerdo en que ésta es la mejor evidencia hallada hasta la fecha de la existencia de agujeros negros en estos objetos.
Kalogera declara que es posible que cada cúmulo globular albergue un agujero negro. Sus estudios sugieren, sin embargo, que los agujeros negros raramente tendrían estrellas cercanas de las que robar materia que hiciera posible la emisión de rayos X.
Esto podría explicar, afirma, porqué ha sido tan difícil encontrar agujeros negros en cúmulos globulares. “El equipo de Maccarone ha encontrado uno, pero lo han encontrado en una galaxia que tiene muchos cúmulos globulares, muchos más que nuestra propia galaxia”, indica Kalogera.
Fuente original:
newscientist.com
Traducido por Jesús Canive Orive para