Medio Oriente. En una ciudad en llamas, junto a una pequeña pila de proyectiles para sus armas, un último grupo de defensores se acurruca entre las ruinas.
Redactado por Heber Rizzo Baladán
Montevideo, Enero 19, 2007
El lugar se encuentra en el nordeste de Siria, a 8 kilómetros de la frontera con Irak. Pero la época no es la actual, sino la de hace unos 5 500 años. Sin embargo, parecería que las cosas no han cambiado tanto con el tiempo.
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Localización de Tell Hamoukar en Siria (arriba a la derecha) (pulsar sobre la imagen para ampliarla) |
Una reciente excavación llevada a cabo por la Universidad de Chicago y el Departamento de Antigüedades sirio ha revelado nuevos detalles acerca de cómo comenzó la vida urbana y sobre el trágico fin de una de las primeras ciudades.
Durante la mayor parte de su existencia sobre la Tierra, los humanos vivieron en pequeños grupos, ganándose la vida con la caza y la agricultura de subsistencia. Luego, ocurrió lo que los arqueólogos denominan “revolución urbana”, cuando grupos más grandes se unieron, comenzó la producción especializada y se desarrollaron los símbolos distintivos de la civilización: el comercio y la escritura.
“De alguna forma”, dijo Clemens Reichel, co-director estadounidense de la Expedición Arqueológica Sirio-Americana a Hamoukar, “las personas fueron persuadidas para vivir juntas en una ciudad, donde podrían tener una mejor calidad de vida que si todos se quedaran en sus casas y produjeran su propia comida”.
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Vista general de la arquitectura del calcolítico tardío del Área B de Hamoukar, destruida por la batalla. Fecha: aprox. 3500 a.C. (composición fotográfica).© University of Chicago (pulsar sobre la imagen para ampliarla) |
Los científicos creían que la vida urbana fue una invención poco común, con ciudades que aparecieron en Mesopotamia hace unos 6 000 años, y que luego se fueron diseminando hacia el norte por los valles del Tigris y del Eufrates, para llegar luego a Grecia, a Roma y a la Europa occidental. Sin embargo, las excavaciones realizadas revelaron una ciudad al menos tan antigua como las otras que se suponía la precedían en el sur.
La ciudad amurallada, llamada Tell Hamoukar, fue destruida alrededor del año 3500 a.C. Reichel comentó que el ataque debe haber sido súbito e intenso. Los edificios se incendiaron, colapsaron y sepultaron todo lo que había en ellos bajo un montón de escombros.
Los proyectiles encontrados y el patrón de destrucción hicieron que los arqueólogos descartaran que la causa del desastre hubiera sido un terremoto y a que concluyeran que había tenido lugar una tremenda batalla. Los expertos dicen que no hay forma de identificar a los agresores, pero que suponen que el ataque fue realizado por el ejército de una de las ciudades del sur.
Además de la muralla, el equipo de investigadores ha descubierto instalaciones casi industriales y dos grandes edificios administrativos que fueron destruidos por un intenso fuego. Fue en ese lugar donde, mezclados con los restos de la muralla, se encontraron en 2005 más de mil proyectiles ovalados para hondas, llevando a los científicos a concluir que una primitiva acción de guerra había sido la causa del fin del asentamiento.
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Restos de un cuerpo en una tumba cavada en las ruinas de los edificios destruidos del Área B, descubiertos en asociación con un proyectil de honda (visible a la derecha). Fecha: aprox. 3500 a.C. © University of Chicago (pulsar sobre la imagen para ampliarla) |
Los trabajos realizados en 2006 demuestran cuán poderosas eran las armas utilizadas. “Las encontramos en todas las etapas de utilización, desde su fabricación hasta sus impactos”, dijo Reichel, destacando que habían descubierto un proyectil de honda que había roto el mortero de una pared de ladrillos de barro. El equipo localizó también doce tumbas entre los escombros, muy probablemente de gente que había muerto en la batalla.
Tell Hamoukar era un punto clave en la ruta comercial que iba desde la Anatolia (hoy Turquía) a través del norte de Siria y cruzando el río Tigris hacia el sur de Mesopotamia. En el lugar se descubrieron fragmentos de obsidiana que fueron fechados hacia el 4500 o 4000 a.C. Además de las herramientas y de las armas, también se encontraron residuos de producción tales como núcleos de piedra, un descubrimiento aún más significativo que las propias herramientas, ya que indica que no solamente se las utilizaba, sino que se las fabricaba en el lugar, según explicó Salam al-Kuntar, co-directora siria de la expedición. La obsidiana, una especie de vidrio volcánico, no se encuentra cerca de Hamoukar sino que debe ser traída desde Turquía, en el norte, donde las fuentes más cercanas se encuentran a unos 150 kilómetros de distancia.
El equipo de investigación determinó que el corazón de 16 hectáreas de la ciudad estaba rodeado por una muralla de 3 metros de espesor. El grupo principal de ruinas se extiende por más de 100 hectáreas, y en los aledaños hacia el sur, los restos de cerámica y las lajas de obsidiana se encuentran diseminadas por más de 280 hectáreas.
Al convertirse en un centro de procesamiento de obsidiana, el lugar pudo haber visto el surgimiento de una ciudad en una época muy temprana. La exportación de herramientas podría haber permitido una gran acumulación de riquezas, lo que habría incentivado a la gente para que abandonara los campos. En lugar de sembrar sus propias tierras, estos especialistas habrían comprado sus alimentos a los campesinos de los alrededores. Y una vez que hubieron acumulado sus fortunas, los habitantes del poblado habrían construido una muralla para protegerlas: la primera ciudad.
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Punta de flecha en obsidiana, proveniente del Área B. Fecha: aprox. 3500 a.C.© University of Chicago (pulsar sobre la imagen para ampliarla) |
A diferencia de lo ocurrido en la Mesopotamia del sur, aquí el primer móvil para el urbanismo habría sido el económico. La materia prima era traída desde el norte, procesada en la ciudad y luego exportada hacia el sur.
Los talleres de obsidiana anteceden en varios siglos a la ciudad destruida. Para la época de la caída de Hamoukar, el cobre había comenzado a sustituir a la piedra, y la ciudad había evolucionado desde un centro de procesamiento de obsidiana a uno de fabricación de herramientas de metal, probablemente para también exportarlas hacia el sur.
Estos hallazgos podrían resultar en una explicación adicional para el desarrollo de la civilización en la Media Luna de Tierras Fértiles. En el sur, la sociedad urbana emergió en la cultura de Uruk como respuesta a la necesidad de organización en una economía basada en la agricultura de regadíos, mientras que en el norte, la fuerza impulsora habría sido la producción en masa de bienes de intercambio.
Resulta interesante hacer notar que la guerra y los conflictos políticos en Irak hicieron que los arqueólogos mudaran sus excavaciones hacia los confines norteños de los valles del Tigris y del Eufrates, con lo que los científicos, involuntariamente, han ampliado su perspectiva sobre el surgimiento de las primeras ciudades, de la estratificación social, de la especialización laboral, y de la aparición de la escritura.
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Muestra de tres proyectiles de honda, en arcilla, descubiertos entre los restos de edificios quemados del Área B. Fecha: aprox. 3500 a.C. © University of Chicago (pulsar sobre la imagen para ampliarla) |
Si bien los centros urbanos del sur fueron poderosas ciudades-estado que finalmente se transformaron en imperios, el norte no resulta tan periférico como se había asumido, y allí se desarrollaron culturas robustas más o menos independientes del sur. Había comercio entre las dos regiones, y aparentemente también había conflictos. Según explicó Reichel, “estamos aprendiendo que el norte no puede ser explicado simplemente como una expansión de la cultura austral”.
Otras excavaciones en el norte de Siria, en Tell Brak y en Habuba Kabira, así como en otros lugares, han revelado que las ciudades norteñas eran más grandes en épocas más tempranas de lo esperado, y se ha encontrado una amplia evidencia de industrias especializadas.
Evidentemente, el desarrollo urbano en ambas regiones fue independiente. Pero en última instancia, las ciudades del sur resultaron victoriosas y de ellas surgieron los futuros estados dominantes. El resultado de la batalla de Hamoukar puede haber ayudado a la consolidación de esos reinos.
“En arqueología”, finalizó Reichel, “podemos decir que algo es lo último solamente hasta el próximo descubrimiento. Pero hasta ahora, es el ejemplo más primitivo que tenemos de un teatro de guerra urbana”.
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Clemens Reichel (co-director estadounidense, a la izquierda) y Salam al-Kuntar (co-directora siria, a la derecha).© University of Chicago (pulsar sobre la imagen para ampliarla) |
Fuentes utilizadas
-- Universidad de Chicago
-- New York Times
-- Associated Press