Los astrónomos han establecido el equivalente cósmico a la cinta de color amarillo de “cuidado” alrededor de estrellas súper-calientes.
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Visión infrarroja de la nebulosa Rosetta, con la zona de peligro destacada. Crédito de la imagen: NASA/JPL-Caltech/Universidad de Arizona |
Los astrónomos han establecido el equivalente cósmico a la cinta de color amarillo de “cuidado” alrededor de estrellas súper-calientes, marcando las zonas donde las estrellas más frías están en peligro de que sus planetas en desarrollo sean acribillados.
En un nuevo estudio del Telescopio Espacial Spitzer de NASA, los científicos informan de que se han trazado los primeros mapas de las llamadas “zonas de peligro” planetarias. Estas son áreas donde los vientos y la radiación procedentes de las estrellas calientes pueden viajar hacia otras jóvenes y frías como nuestro Sol y sus materiales de formación planetaria. El resultado demuestra que las estrellas más frías están seguras si permanecen más allá de 1,6 años luz, o casi 16 billones de kilómetros, de cualquier estrella caliente. Pero las estrellas más frías que estén dentro de esta zona es probable que vean evaporados en el espacio sus potenciales planetas.
"Las estrellas cambian de sitio a cada momento, por lo que si una entra en la zona de peligro y permanece demasiado tiempo, probablemente nunca será capaz de formar planetas", dijo Zoltan Balog de la Universidad de Arizona, Tucson, autor principal del nuevo informe, que aparecerá en 20 de mayo en la revista
Astrophysical Journal.
Los hallazgos están ayudando a los astrónomos a señalar los tipos de entornos donde es más posible que se formen los planetas más allá de nuestro Sistema Solar, incluyendo aquellos que pudieran ser hospitalarios para la vida.
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Esta animación muestra como funciona el proceso de la “zona de peligro”. Crédito de la imagen: NASA/JPL-Caltech |
Los planetas nacen de un disco plano de gas y polvo, llamado disco protoplanetario, que se arremolina alrededor de una joven estrella. Se cree que se agrupan fuera del disco durante millones de años, creciendo de tamaño como conejillos de polvo a medida que barren el polvo de sus cercanías.
Estudios previos revelaron que estos discos protoplanetarios pueden ser destruidos por las estrellas más calientes y masivas del Universo, llamadas estrellas O, durante un periodo de aproximadamente un millón de años. La radiación ultravioleta procedente de una estrella O calienta y evapora el polvo y gas del disco, entonces los vientos de la estrella se llevan lejos este material. El año pasado, Balog y su equipo usaron el Spitzer para capturar una impresionante imagen de este proceso de “fotoevaporación” (http://www.spitzer.caltech.edu/Media/happenings/20061003/).
El nuevo estudio del equipo es la primera investigación sistemática de los discos dentro y alrededor de la zona de peligro, o "radio de explosión" de una estrella O. Usaron los ojos infrarrojos detectores de calor del Spitzer para buscar discos alrededor de 1000 estrellas en la Nebulosa Rosetta, una turbulenta región de formación estelar a 5200 años luz de distancia en la constelación Monoceros (Unicornio). Las estrellas varían entre un décimo y cinco veces la masa del Sol y tienen una antigüedad de entre 2 y 3 millones de años. Todas están cerca de al menos una de las regiones de las estrellas O masivas.
Las observaciones revelaron que, más allá de los 16 billones de kilómetros de una estrella O, aproximadamente el 45 por ciento de las estrellas tenían discos – más o menos la misma cantidad que si estuviesen a salvo en la vecindad libres de estrellas O. Dentro de esta distancia, sólo el 27 por ciento de las estrellas tenían discos observando cada vez menos discos conforme te acercas a la estrella O. En otras palabras, la zona de peligro de una estrella O es una esfera cuyos efectos dañinos son peores en el centro. Como referencia, la estrella más cercana a nuestro sol, una pequeña estrella llamada Próxima Centauri, está a casi 48 billones de kilómetros de distancia.
Además, el nuevo estudio indica que un disco protoplanetario se evaporaría más rápido en el peligroso centro de la zona. Por ejemplo, un disco dos veces más cercano a una estrella O se evaporaría el doble de rápido. "Los límites de la zona de peligro están marcadamente definidos", dice Balog. "Es relativamente seguro para los discos protoplanetarios externos, mientras que un disco que sea arrastrado junto con su estrella verdaderamente cerca de una estrella O podría desaparecer en un periodo tan corto como cien mil años".
A pesar de este escenario del juicio final, hay una opción para algunos planetas de sobrevivir a un encuentro cercano con una estrella O. De acuerdo con una teoría alternativa de formación planetaria, algunos gigantes gaseosos como Júpiter podrían formarse en menos de un millón de años. Si tal planeta ya existe alrededor de una estrella joven cuyo disco es eliminado, el gigante gaseoso podría mantenerse mientras que cualquier otro planeta rocoso como la Tierra en crecimiento sería barrido para siempre.
Algunos astrónomos piensan que nuestro Sol nació en una vecindad igualmente violenta repleta de estrellas O antes de migrar a su actual y más espacioso hogar. Si esto fuese así, tuvimos bastante suerte de escapar a un horrendo viaje en alguna zona de peligro, o nuestros planetas, la vida y todo lo que conocemos, no estaría hoy aquí.
Otros autores del artículo incluyen a James Muzerolle, Kate Su, George Rieke y Erick Young de la Universidad de Arizona; y Tom Megeath de la Universidad de Toledo, Ohio.
El Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, dirige la misión Spitzer para el Consejo de Administración de la Misión Científica de la NASA en Washington. Las operaciones científicas las lleva a cabo el Centro de Ciencia Spitzer en el Instituto de Tecnología de California, también en Pasadena. Caltech dirige el JPL para la NASA. El fotómetro de cámara multibanda de Spitzer, que recopiló los nuevos datos, fue construido por Ball Aerospace Corporation, Boulder, Colorado; la Universidad de Arizona; y Boeing North American, Canoga Park, California. El co-autor Rieke es el investigador principal del instrumento.
Para más información y gráficos, visite http://www.spitzer.caltech.edu/Media y
http://www.nasa.gov/spitzer
Traducido para Astroseti.org por
Manuel Hermán
Web Site: nasa.gov
Artículo: “Astronomers Map Out Planetary Danger Zone”
Autor: Whitney Clavin
Fecha Original: 18 de abril de 2007
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