Científicos del LPI en Houston tratan de identificar sitios de aterrizaje para futuras misiones a Europa, el satélite galileano de Júpiter.
por Lisa Grossman.
NewScientist, 24 de agosto de 2009.
UN DETALLADO análisis del quebrado terreno de Europa, el satélite de Júpiter, está ayudando a identificar sitios de aterrizaje seguros para futuras misiones.
Se cree que Europa alberga un océano de agua bajo su helada corteza. Este último estudio es el primero en usar imágenes de la sonda
Galileo para medir las pendientes presentes en el paisaje europano. La nave espacial
Galileo orbitó el planeta Júpiter desde 1995 hasta 2003.
Éste es el primer muestreo cuantitativo que produce valores sólidos, números reales que te puedes creer, declara
Paul Schenk , del
Instituto Lunar y Planetario de Houston, Texas. Schenk calcula las pendientes existentes en diversas regiones de Europa utilizando imágenes tridimensionales. Éstas se generan combinando la información que proporciona el análisis de las sombras observadas en las imágenes, además de fotografías tomadas desde dos ángulos distintos. Hasta el momento Schenk ha examinado cuatro tipos diferentes de terreno: planicies montañosas (
ridged plains), que conforman la mayor parte de la superficie; cráteres de impacto; regiones caóticas (
chaos), donde se observan icebergs que parecen flotar en una sopa congelada; y bandas alargadas y lisas denominadas bandas de dilatación (
dilational bands). Las regiones caóticas y los cráteres de impacto son lugares particularmente excitantes para los planetólogos; a través de los mismos podría haber surgido agua de un océano subterráneo, haciendo posible la búsqueda de evidencias de vida sin tener que perforar la superficie de Europa.
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Galileo fue el primero en llegar. Estas 15 imágenes muestran la gran variedad de rasgos topográficos presentes en Europa, la helada luna de Júpiter, capturados por las cámaras de la nave Galileo durante sus primeras seis órbitas en torno al planeta, entre junio de 1996 y febrero de 1997. El norte se encuentra en la parte superior de las imágenes. Créditos: NASA/JPL/DLR (pulse en la imagen para ampliarla). |
Sin embargo, tales sitios no son buenos para los módulos de aterrizaje o
landers. Casi la mitad del terreno en esas regiones mostraba inclinaciones de más de 10 grados, similares a la que está complicando la vida del vehículo de exploración marciana
Mars Rover Spirit. Las pendientes más empinadas llegaban a alcanzar los 20 o 30 grados de inclinación. Incluso las planicies montañosas albergan cerros y colinas redondeadas que podrían poner en apuros a los futuros módulos de aterrizaje y exploración. Los únicos rasgos del terreno realmente planos resultaron ser las bandas de dilatación, con pendientes de 5 grados o menores. Estas amplias pistas, de decenas de kilómetros de ancho y cientos de kilómetros de largo, se forman cuando la corteza helada de Europa se agrieta bajo el tirón gravitacional de Júpiter y sus otros satélites principales. Las grietas se rellenan entonces con agua y se abren aún más, formando una nueva pista alisada en el centro.
Es un poco como el crecimiento de las dorsales oceánicas en la Tierra, dice Schenck. Estas áreas podrían ser más planas porque su formación no fue tan violenta como la de los cráteres de impacto, o quizá porque el agua que surge de las profundidades tiende a alisar cualquier irregularidad que pudiera existir. Gracias a esas inundaciones acaecidas a intervalos regulares, las grietas podrían incluso albergar vida.
Esas bandas son algunos de los lugares que una futura misión podría elegir como sitios de aterrizaje, dice Schenck. Europa fue también recientemente seleccionada como el destino de una misión que colocaría a una nave en órbita. Este orbitador terminará de mapear la superficie de Europa, continuando la misión allí donde la dejó la sonda
Galileo.
La antena de Galileo no funcionaba bien, relata Schenck.
Únicamente pudo mapear un quince por ciento de la superficie de la luna a resoluciones que resultaran útiles.
El asunto de la topografía es extremadamente importante, ahora que estamos definiendo los objetivos de la misión que orbitará Europa, confirma
Bob Pappalardo, del
Laboratorio de Propulsión a Chorro de la
NASA en Pasadena, California. Bob está trabajando en el Orbitador de Júpiter y Europa (
Jupiter Europa Orbiter), cuyo lanzamiento está previsto para el año 2020.
Más información
- Página de la Misión Galileo (Fuente:
NASA).
- Galería de Imágenes de Europa (Fuente:
NASA).
- Misión Principal a un Planeta Exterior (Outer Planet Flagship Mission) (Fuente:
NASA).
Traducido por Carlos M. Luque.
Gracias a todos los traductores y colaboradores de Astroseti. Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
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