Hace muchos años que se realizó un estudio para viajar a una de las estrellas más cercanas de nuestro sistema solar, la estrella Barnard y quizá alguna vez en el futuro llegue a ser una realidad.
Veamos que fue lo que estuvo involucrado en el proyecto.
La
estrella de Barnard a una distancia de 5.94 años luz (1.82 parsecs), es la cuarta estrella más cercana y el segundo sistema estelar más cercano a nuestro Sol después del sistema trinario de Alfa Centauri. Está en la parte más al norte de la constelación de Ofiuco, al oeste de Cebelrai (Beta Ofiuco) y fue descubierta en 1916 por Edward E. Barnard.
Por tratarse de una enana roja, no puede ser vista desde la Tierra sin un potente telescopio.
La estrella de Barnard se está
acercando a nosotros a la poco común velocidad de 108 kilómetros por segundo, así que cada siglo la distancia disminuye en 0.036 años luz. Para el año 11,800 en su punto de máximo acercamiento, se encontrará a tan sólo 3.85 años luz (1.18 parsecs) del Sol. La estrella de Barnard también se distingue por tener el mayor movimiento propio de cualquier estrella -- unos 10.4 segundos de arco por año o el equivalente de un diámetro lunar cada 180 años. Esto y su proximidad, la convierten en un candidato ideal para investigaciones de planetas extrasolares, ya que cualquier movimiento de bamboleo en su paso a través del cielo causado por mundos en órbita sería relativamente grande.
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Sin embargo, no se han confirmado planetas alrededor de la estrella de Barnard - habiéndose rechazado la petición de Van der Kamp respecto de dos mundos tipo Júpiter. En la actualidad parece ser que si la estrella de Barnard tuviese algún planeta, sería del tipo de masa sub-Joviana.
Si fuese colocada en el lugar del Sol, la estrella de Barnard aparecería desde la Tierra como 100 veces más brillante que la Luna llena pero sería una fuente tan débil de calor que nuestra atmósfera se helaría. Parece ser una estrella vieja de disco que se formó antes de que la Galaxia se enriqueciese con elementos pesados y aunque se formó alrededor de hace unos 10 mil millones de años, aún brillará por otros 40 mil millones más antes de enfriarse y convertirse en una enana negra.
La estrella de Barnard fue escogida como un blanco hipotético del Proyecto
Dédalo
Alfa Centauri El sistema estelar más próximo al Sol, está a una distancia de 4.395 años luz (1.349 parsecs) en la constelación del Centauro. Consiste de dos estrellas razonablemente parecidas a nuestro Sol que orbitan cerca la una de la otra y posiblemente una tercera estrella enana roja, mucho más alejada. Las dos componentes brillantes, A y B, giran alrededor la una de la otra cada 80 años y están separadas por unas 25 unidades astronómicas. La
A es una estrella amarilla tipo G similar al Sol sólo que es 1.5 veces más brillante,
B es más pequeña, naranja del tipo K con una luminosidad de la mitad del Sol. El tercer posible miembro del grupo es
Próxima Centauri que es una enana roja, alrededor de 7,000 veces más débil que el Sol; si realmente está asociada al par principal, se mueve en una órbita muy amplia con un período de millones de años.
Van der Kamp Peter (1901-1995) Astrónomo planetario, director del Observatorio Sproul y pionero en la búsqueda de planetas extrasolares. En el año 1937, utilizando una técnica llevada a Sproul por Kaj A. Strand inició una búsqueda de acompañantes no localizadas de 54 estrellas conocidas que estaban en un rango de distancia de 16 años luz del Sol.
Dédalo fue un proyecto de los primeros en llevarse a cabo para el envio de naves espaciales interestelares para visitar a las estrellas cercanas. El proyecto se hizo en tal detalle (aunque no llegó a llevarse a cabo) que vale la pena conocer algunas de las consideraciones que se tomaron en cuenta.
Se estudió entre 1973 y 1978 por un grupo de científicos e ingenieros de la Sociedad Interplanetaria Británica y demostraron que los viajes no tripulados de alta velocidad a las estrellas eran una posibilidad práctica. Se adoptaron ciertas guías: la nave tenía que utilizar tecnología del momento u obtenible a corto plazo; debería ser capaz de alcanzar su destino dentro del límite de la vida de un ser humano joven y ser lo suficientemente flexible en su diseño para que pudiese ser enviada a un cierto número de estrellas pre-escogidas.
Estas guías aseguraban que la nave sería práctica y que aquellos que trabajasen en el proyecto vivirían para ver alcanzadas sus metas y que varías estrellas podrían ser visitadas por el mismo vehículo. El blanco escogido había sido la Estrella de Barnard que está a 5.9 años luz del Sol. Para alcanzar a Barnard en 50 años (tiempo calculado en el estudio), una nave necesitaría tener una velocidad de crucero del 12 por ciento de la velocidad de la luz o 36,000 kilómetros por segundo. Como esto se encontraba mucho más allá del alcance de un cohete químico, el equipo tuvo que considerar alternativas menos convencionales.
El diseño que escogieron fue una forma de cohete de impulso nuclear, un sistema de propulsión que ya había sido investigado para el proyecto Orión.
Pero mientras que el proyecto Orión habría utilizado fisión nuclear, los ingenieros de la misión Dédalo optaron por darle energía de fusión nuclear - en particular por una técnica altamente eficiente conocida como fusión de confinamiento interno. Unas pequeñas píldoras, conteniendo una mezcla de deuterio y helio 3, serían bombardeadas, una a la vez, en la cámara de combustión de la nave por rayos de electrones y causarían que explotasen como pequeñas bombas termonucleares. Un poderoso campo magnético mantendría confinadas las explosiones y canalizaría el plasma de alta velocidad resultante hacia afuera de la parte posterior de la nave para proporcionar el empuje deseado. Detonando 250 píldoras por segundo y utilizando un aparato de dos etapas, la velocidad de crucero deseada podría ser alcanzada durante una fase de aceleración que duraría cuatro años.
Además la nave sería construida en órbita terrestre y tendría una masa inicial de 54,000 tonelas incluyendo 50,000 toneladas de combustible y 500 toneladas de carga útil científica.
La primera etapa aquí mostrada, sería disparada por dos años, llevando a la nave a 7.1 por ciento de la velocidad de la luz, antes de que se terminase y fuese desechada. Entonces la segunda etapa sería encendida por 1.8 años antes de apagarse para comenzar el viaje de 46 años a la estrella Barnard. Como el diseño no contemplaba equipo de desaceleración a su llegada, la nave llevaría 18 sondas autónomas, equipadas con inteligencia artificial para investigar la estrella y sus alrededores.
La nave se habría visto como algo así:
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Artículo cortesía del astrónomo David Darling
Para Astroseti.org
elaborado por Liberto Brun
crédito de la ilustración: Adrian Mann.