Pocas semanas después del descubrimiento de segundo cometa jamás detectado proveniente de fuera del sistema solar (El primero fue Oumuamua , con forma de cigarrillo), los astrónomos han detectado por el gas emitido por su superficie la primera pista sobre la composición de un viajero interestelar.
Trístemente no es kriptonita, o unobtanium, sino cianogeno, una molécula simple pero tóxica compuesta por dos átomos de carbono y dos de nitrógeno. El cometa , llamado I2/Borisov, fue observado por primera vez el 30 de agosto por el astrónomo ucraniano Gennadiy Borisov. Posteriores observaciones mostraron que se movía en una órbita no ligada a la gravedad del Sol. Desde entonces muchos astrónomos han estudiado el objeto, incluído un equipo usando el telescopio William Herschel (WHT) de 4.2m en las islas Canarias de España.
I2/Borisov se encuentra muy cerca del Sol en el cielo, así que observarlo tiene truco con el brillo del Sol tan cerca. Después de un intento fallido de obtener suficiente luz del objeto como para hacer un espectro, el WHT tuvo éxito el 20 de septiembre. En un estudio publicado enviado a Astrophysical Journal Letters, el equipo dice que en la parte ultravioleta del espectro había un claro pico en la longitud de onda que sabemos corresponde al gas cianogeno, lo que sugiere que conforme I2/Borisov se calienta por el calor del Sol, el gas se evapora.
El cianogeno a menudo se encuentra alrededor de cometas dentro de nuestro propio sistema solar, así que de donde venga I2/Borisov probablemente no es muy diferente. Pero conforme el visitante se mueve hacia su máximo acercamiento al Sol a principios de diciembre se continuará calentando y los observadores quizás puedan observar gases alienígenas más exóticos.