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Fecha original : 2005-06-30
Traducción Astroseti : 2006-01-23

Traductor : Covadonga Escandón Martínez
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MARTE

Marte en la cultura Pop: literatura




Resumen (Junio 30, 2005): ¿Por qué la gente tiende a hablar de “marcianos” y no de, digamos, “saturnianos” o “jovianos” cuando se menciona por primera vez el tema de la vida extraterrestre? Históricamente, se creía que Marte era el planeta en el que era más probable que hubiera vida. La literatura de la cultura popular, y más adelante la radio y el cine, reflejó estas creencias. Esta reseña examina a Marte en la historia de la literatura.







por David Catling

¿Por qué la gente tiende a hablar de “marcianos” y no de, digamos, “saturnianos” o “jovianos” cuando se menciona por primera vez el tema de la vida extraterrestre? Históricamente, se creía que Marte era el planeta en el que era más probable que hubiera vida. La literatura de la cultura popular, y más adelante la radio y el cine, reflejó estas creencias.

La fascinación del público con los marcianos empezó a finales del siglo XIX cuando, en 1877, el astrónomo Giovanni Schiaparelli reportó observaciones de grandes canales sobre Marte. Desafortunadamente, el término “canales” se interpretó como “canales artificiales”*. El Canal de Suez, una maravilla de la ingeniería en su tiempo, se había completado en 1869, lo que sugería a algunas personas que los canales marcianos debían haber sido hechos por marcianos innovadores.

En 1897, “La guerra de los mundos” de H.G. Wells fue la primera obra importante en explorar el concepto del invasor extraterrestre. Este concepto ejerció una influencia considerable sobre la psique pública y, consecuentemente, Marte empezó a tomar un lugar especial en la cultura popular hacia principios del siglo XX. Incluso astrónomos como Percival Lowell aprobaban la posibilidad de formas de vida avanzadas como lo describe en su libro “Marte como morada de la vida” (1910).

Claro que esto no es un desprecio hacia el singular rol que ha jugado Marte en la historia de la ciencia. En especial, los registros del movimiento de Marte por el cielo nocturno llevaron a Johannes Kepler a formular sus tres leyes del movimiento de los planetas (dos en 1609 y la tercera en 1618). Estas leyes hicieron pedazos las nociones medievales antropocéntricas de la astronomía y pusieron las bases para los descubrimientos de Isaac Newton.

Al observar cómo se representa a Marte en la literatura, la
radio
y el cine podemos ver cómo ha inspirado a la imaginación humana, algunas veces de modos un tanto extraños.

A continuación se presenta una reseña de Marte en la historia de la literatura.




Los Viajes de Gulliver, por J. Swift


Jonathan Swift, Los viajes de Gulliver (1726)

Jonathan Swift (1667-1745), el gran escritor satírico irlandés, hace una curiosa referencia a los satélites marcianos en “Los viajes de Gulliver”. En este libro, se dice que los astrónomos de la isla imaginaria de Laputa (a cuyo rey le encanta resolver problemas matemáticos) han descubierto dos satélites alrededor de Marte. Swift detalla la mecánica orbital haciendo referencia a las leyes de Kepler.

Parte III, Capítulo 3:
“[Los astrónomos] también han descubierto dos estrellas menores, o satélites, la cuales se mueven alrededor de Marte, de las cuales la que está más adentro dista del centro del planeta principal exactamente tres de sus diámetros y la que está más afuera, cinco; así que los cuadrados de sus periodos son casi proporcionales a los cubos de sus distancias del centro de Marte, lo cual demuestra evidentemente que están gobernados por la misma ley de la gravedad que influye sobre los demás cuerpos celestes”.

Marte sí tiene dos lunas: Fobos, el satélite interior y Deimos, el exterior. Pero no fueron descubiertas sino hasta 1877, por el astrónomo norteamericano Asaph Hall. ¿Suponer que había dos satélites fue sólo una cuestión de suerte de Swift? ¿Fue también coincidencia que adivinara correctamente que el satélite interior orbita Marte en menos de un día? (Fobos tiene un periodo orbital de 0.32 días; Deimos de 1.26 días?

Kepler había especulado que Marte tenía dos lunas y es casi seguro que Swift lo supiera. Kepler basó su teoría en ingenua intuición matemática: ya que Venus no tiene lunas y la Tierra tiene una, Marte tendría que tener dos lunas, siguiendo una progresión alejándose del Sol.
Lea “Los viajes de Gulliver” en línea, en español o en inglés.


Herbert G. Wells, La guerra de los mundos (fascículos: 1897; libro: 1898)

”La guerra de los mundos” narra la historia de la invasión de la Tierra por unos marcianos tecnológicamente avanzados. Los marcianos huyen de su agonizante planeta y descienden en diez inmensas cápsulas de cohete sobre el sur de Inglaterra. Su plan, adueñarse de la Tierra y sus recursos, empieza con un ataque sobre Londres. La gente huye en pánico, indefensos contra el superior armamento de los marcianos, el cual incluye un Rayo de Calor y un Humo Negro venenoso. La victoria parece segura cuando de repente los marcianos sucumben a una infección fatal de gérmenes terrestres.

La década de 1890 fue mala para Wells como escritor en apuros pero afortunada para su literatura. “La guerra de los mundos” es un clásico de la literatura inglesa, al contrario de las películas y novelas de ciencia ficción chabacanas y sensacionalistas que han imitado y recapitulado las ideas de Wells. En la novela, un escritor de filosofía y ciencia parecido a Wells narra la historia. El libro refleja una época cuando el pensamiento de Wells transitaba de la visión totalmente pesimista del mundo de su anterior “Máquina del tiempo” (1895) a una visión más optimista del futuro de la humanidad que es evidente en sus escritos posteriores.

“La guerra de los mundos” ha dado forma a la visión popular del planeta rojo. ¿Es Marte el planeta de la guerra?


Históricamente, “La guerra de los mundos” siguió a una serie de novelas semi-documentales que predecían la guerra en Europa después de la unificación y militarización de Alemania, comenzando con “La batalla de Dorking” (1871) de George Chesney. Además, “La guerra de los mundos” es también producto de ideas que estaban a la vanguardia en la mente decimonónica de Wells. Estas incluyen al Darwinismo, es decir, la selección acumulada en los sistemas biológicos, y una creciente conciencia de los desagradables efectos secundarios de la tecnología, tales como los vertederos industriales, los instrumentos de guerra y el poder irresponsable. Los monstruosos marcianos, nos cuenta el narrador, han mutado con la ayuda de la tecnología de su forma que alguna vez fue humanoide hasta un repulsivo estado tipo vampiro – son un posible futuro de la humanidad. El progreso aparente de alguna manera ha llevado al declive.

Ciertamente, esta idea es inherente a la vulnerabilidad de los marcianos: “Los micro-organismos… o nunca han aparecido en Marte o las ciencias de la salud marcianas hace mucho que los eliminaron”. Así que es la biología la que finalmente derrota a los marcianos:
“Estos gérmenes de enfermedad han hecho mella en la humanidad desde el comienzo de las cosas – hecho mella en nuestros ancestros pre-humanos desde que empezó la vida aquí… A cuenta de un billón de muertes, el hombre ha comprado su derecho a vivir de la tierra y es suya contra cualquier visitante… Ya que los hombres no viven ni mueren en vano”.

Esta última frase, que normalmente sería un cliché del sentimentalismo victoriano, es una idea darwinista en este contexto. La moraleja de la historia de Wells, tal vez sea que la tecnología no nos derrotará ni nos convertirá en los marcianos de la pesadilla siempre y cuando nos adhiramos a nuestra variada herencia biológica – una moraleja que es tan relevante para nuestro amenazado medio ambiente actual como lo era para la Inglaterra victoriana.

El famoso primer pasaje (nótese cómo los omnipresentes microorganismos que resultan cruciales para la historia después, son mencionados aquí, en el inicio mismo de la novela):

“Nadie hubiera creído en los últimos años del siglo diecinueve que este mundo estaba siendo vigilado de cerca y con mucho interés por inteligencias mayores que la del hombre pero tan letales como la suya; que mientras los hombres se ocupaban de sus diversas preocupaciones estaban siendo inspeccionados y estudiados minuciosamente, quizás tan de cerca como puede hacerlo un hombre que con un microscopio inspecciona las criaturas transitorias que nadan y se multiplican en una gota de agua. Con infinita complacencia, los hombres iban y venían sobre este globo ocupados en sus pequeños asuntos, serenos por la seguridad de su dominio sobre la materia. Es posible que los infusoria bajo el microscopio hagan lo mismo. Nadie pensó ni por un momento en los mundos más antiguos del espacio como fuentes de peligro para los humanos, o pensó en ellos tan solo para desechar la idea de vida en ellos por imposible o improbable. Es curioso recordar algunos de los hábitos mentales de aquellos lejanos días. A lo sumo, los hombres terrestres imaginaban que habría otros hombres sobre Marte, talvez inferiores a ellos mismo y preparados para dar la bienvenida a una aventura misionera. Sin embargo, cruzando el abismo especial, mentes que son a las nuestras lo que las nuestras son a las de las bestias que perecen, intelectos vastos, fríos e incomprensivos, veían esta tierra con ojos envidiosos y, lento pero seguro, hicieron sus planes contra nosotros. Y al inicio del siglo veinte llegó la gran desilusión”.
El texto completo de “La guerra de los mundos” se encuentra en línea en inglés


Edgar Rice Burroughs – Los cuentos marcianos

Talvez mejor conocido como el creador de “Tarzán de los monos”, Edgar Rice Burroughs también escribió novelas del oeste y ciencia ficción - 97 en total. La serie de novelas de Marte de Burroughs, también conocidas como “Los cuentos marcianos”, está comprendida por once novelas que describen las aventuras de un veterano de la Guerra Civil estadounidense del siglo diecinueve (como el padre de Burroughs), llamado John Carter, que es transportado a Marte donde debe adaptarse a sus extrañas culturas.

¿Estaba pensando Edgar Rice Burroughs, el creador de Tarzán, en una jungla marciana?



Carter, como el clásico héroe de ficción, frecuentemente se topa con situaciones de vida o muerte de las que apenas escapa. Carter se casa, tiene hijos, sube a la cima de la política marciana y desde allí lucha por la justicia. Sus nobles acciones reflejan las creencias morales de Burroughs.

Burroughs, como muchos otros escritores, imagina un Marte que está muriendo, con océanos que se están secando y reinos guerreros constantemente luchando desesperados unos contra otros y contra el peligro de una atmósfera que se desvanece.

De “Una princesa en Marte” (escrita en 1911, publicada por primera vez en pasta dura en 1917):

”Abrí mis ojos y vi un raro y extraño paisaje. Sabía que estaba en Marte; ni una sola vez cuestioné mi cordura o si estaba despierto. No estaba dormido, no necesitaba pellizcarme; mi conciencia interna me dijo que estaba sobre Marte tan simplemente como tu mente consciente te dice que estás sobre la Tierra. No cuestionas el hecho; tampoco lo hice yo”.

La muy usada frase “hombrecitos verdes” para referirse a los alienígenas, podría venir del primer libro de Burroughs sobre Marte, “Una princesa en Marte”. En él, describe a los “hombres verdes de Marte”, quienes reaparecen frecuentemente es sus otras novelas marcianas. Aun así, nunca usa la frase exacta.

La primera referencia que hace el Diccionario de Inglés Oxford (OED) a “hombrecitos verdes” es del libro “Puck de la colina de Pook” (1906) de Kipling. Su uso aquí se refiere a una persona verdadera que ha sido tatuada de verde así que, aunque acuña la frase “hombrecito verde”, no parecería referirse a alienígenas. La siguiente referencia del OED a “hombrecitos verdes” no es sino hasta 1961, del Dictionario Partridge de Modismos: “Hombrecitos verdes, seres misteriosos que se dice han sido vistos saliendo de platillos voladores”.

Las obras de Burroughs pueden accederse en línea en inglés).


Ray Bradbury – Las crónicas marcianas (1951, también publicadas como 'Las langostas de plata')

La provocativa novela de ciencia ficción de Ray Bradbury, escrita en una prosa muy pulida, lo convierte sin duda en uno de los mejores escritores de ciencia ficción del mundo. “Las crónicas marcianas” es una colección de historias ligeramente ligadas y que juntas narran la historia de la conquista de Marte por el hombre. Varios de los capítulos de “Las crónicas marcianas” fueron publicados por separado, algunas veces con pequeños cambios, a veces con títulos diferentes; estos incluyen “Vendrán lluvias suaves”, “Los globos de fuego” y otros.

Martian Chronicles (Cronicas Marcianas), por Ray Bradbury.


En la ciencia ficción temprana, los marcianos eran los culpables usuales de las invasiones a la Tierra – una tendencia que se inició con “La guerra de los mundos” de H. G. Wells. En “Las crónicas marcianas” de Bradbury, es al revés: los humanos son los invasores alienígenas de Marte. Como en la importante novela de H. G. Wells, bacterias terrestres matan a los marcianos. Pero esta vez los marcianos son una civilización bella, sabia y antigua. El libro plantea preguntas importantes sobre el comportamiento humano y sobre cómo deberían reaccionar las personas cuando encuentran razas alienígenas. Es un estudio sobre el egoísmo del hombre, especialmente sobre la destrucción de la cultura por políticos y hombres de negocios ignorantes.

“... Los Hombres de la Tierra vinieron a Marte. Vinieron porque tenían o no miedo, porque eran o no felices, porque se creían o no peregrinos. Cada hombre tenía su razón. Abandonaban malas esposas o malos pueblos; venían a buscar algo o a dejar algo o a obtener algo, a excavar algo o a enterrar algo o a dejar algo por la paz. Venían con pequeños sueños o con grandes sueños o sin sueños... no es que al principio fueran pocos hombres. Su número se incrementó poco a poco en proporción con el censo de Hombres Terrestres en Marte. Había seguridad en las masas. Pero los primeros Solitarios tuvieron que valerse por sí mismos.

Para más información, ver La guía de estudio de las crónicas marcianas y la Página de Ray Bradbury.


Robert Heinlein – Forastero en tierra extraña (1961)

”He sido un forastero en una tierra extraña”, este pasaje del Éxodo (2:22) le dio título al libro de Robert Heinlein, “Forastero en tierra extraña”. Esta obra tiende a ser una de las favoritas de los aficionados a la ciencia ficción – ganó un premio Hugo en 1962. Fue el primer libro escrito por un devoto escritor de ciencia ficción en llegar a la lista de los más vendidos del New York Times.

Stranger in a Strange Land (Forastero en tierra extraña), by Robert Heinlein


Valentine Michael Smith, nacido en Marte, es el único superviviente de la primera misión tripulada al planeta. Por ello, es criado y educado por marcianos. Cuando siendo un hombre joven Smith visita la Tierra, tiene instintos humanos pero una perspectiva alienígena y poderes psíquicos sobrehumanos.

La época correspondería a los años noventas del siglo veinte, descrita desde los sesentas, y se imaginaba a la sociedad terrestre como altamente comercializada y corrupta (“Es un político honesto. Se mantiene comprado”). Smith progresa de un total desconocimiento de esta (esencialmente occidental) cultura, hacia un entendimiento de la psicología humana. Finalmente, sus esfuerzos para reconciliar las susceptibilidades humana y marciana llevan a una nueva religión de “amor libre” a través de la cual las personas logran una transformación espiritual. El final es trágico pero predecible.


Kim Stanley Robinson – Marte Rojo (1993), Marte Verde (1995), Marte Azul(1997).

Esta trilogía es una provocativa historia sobre la terraformación de Marte que se desarrolla durante más de tres siglos hacia el futuro. Lo que distingue a los libros de Kim Stanley Robinson de otros de ciencia ficción es el gran número de problemas socioeconómicos que confronta: la gobernabilidad post-corporativa, la ética ambientalista, el crecimiento poblacional, la longevidad humana y problemas de capital natural. Por otro lado, la trilogía sufre por los intransigentes supuestos de un visión “tecnológicamente optimista” del mundo. (Pregunto si es posible terraformar Marte (http://www.astrobio.net/news/article1017.html) ).

Marte Azul, de la trilogía de Marte de Kim Stanley Robinson


Marte Rojo describe los esfuerzos de colonización de los primeros cien colonos de Marte. Se desarrollan divisiones entre los que están a favor de terraformar rápidamente hacia un “Marte Verde” y una minoría de “rojos” que quieren preservar a Marte en su estado actual. Problemas de control corporativo contra la democracia terminan finalmente en un intento de los marcianos de independizarse de la Tierra y sus multinacionales.

El segundo libro, “Marte Verde”, trata de la transición de Marte hacia un mundo similar a la Tierra con una atmósfera respirable a finales del siglo XXI. Mientras tanto, la Tierra sufre severas catástrofes ambientales debidas a la degradación del ambiente por los efectos acumulados de la producción industrial.

“Marte Azul” describe la resolución de conflictos en las sociedades terrestre y marciana.

Esta discusión de libros sobre Marte no es de ninguna manera exhaustiva sino que apenas presenta algunos aspectos sobresalientes. Otras novelas contemporáneas sobre Marte que vale la pena mencionar incluyen “Marte”, “Regreso a Marte” de Ben Bova, “Marte en movimiento” de Greg Bear, “Cruce de Marte” de Geoffrey Landis y “Un paso más allá” de C. K. Anderson.





*N de T: En el texto original se explica que el término en latín “canali” fue traducido erróneamente como “canal” en vez de “channel”; en inglés, el segundo término se refiere a canales naturales (como el Canal de la Mancha) mientras que el primero se usa para los artificiales (como el de Panamá).


Visita tambien una revisión de Marte en la historia del cine, la radio y otras visiones



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