Biología»Humongous Fungus
Humongous Fungus
Publicado por José Luis Carrasco Jiménez | 15/06/2024Los científicos han resuelto un misterio acerca de uno de los organismos más singulares que han vivido en la Tierra.
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Durante más de un siglo los científicos han estado debatiendo acerca de si el antiguo organismo es una planta o un hongo. Ahora los investigadores han usado evidencias químicas de fósiles para solucionar la cuestión de una vez por todas.
Científicos de la Universidad de Chicago y del Museo de Historia Natural de Washington, D.C., han aportado nuevas evidencias para resolver la misteriosa identidad del que consideran uno de los organismos más extraños que jamás han existido. Según el artículo científico del ejemplar del mes de Mayo de la revista de Geology, publicada por la Geological Society of America (Sociedad Geológica de América), los análisis químicos indican que el organismo era un hongo llamado Prototaxites, y que se extinguió hace aproximadamente 350 millones de años.
El Prototaxites ha generado controversia durante más de un siglo. Originalmente fue clasificado como una conífera, y más tarde los científicos argumentaron que en lugar de un liquen se trataba de diferentes tipos de algas o de un hongo. Fuese lo que fuese, se encontró en forma de una especie de troncos de más de 20 pies de alto, haciendo de él el organismo más largo conocido sobre la tierra hasta ese momento. 'No importa cual sea el argumento que apoyes, decía la gente, en cualquier caso, es una locura. No tiene sentido', dijo C. Kevin Boyce, un profesor ayudante de ciencias geofísicas en Chicago. 'No tiene sentido que sea un hongo de 20 pies de alto. Tampoco lo tiene un alga de 20 pies de alto, pero aquí está el fósil'. El diario Geology añade una nueva linea de evidencia que indica que el organismo es un hongo. La clasificación como hongo apareció por primera vez en 1919, con Francis Hueber del Museo Nacional de Historia Natural de Washington, D.C., reapareciendo la idea en 2001. Sus detallados estudios de la estructura interna han proporcionado la evidencia anatómica más consistente de que el Protatxites no es una planta, sino un hongo. 'Fran Hueber ha contribuido más a nuestro conocimiento del Prototaxites que nadie, vivo o muerto', dijo Carol Hotton, también del Museo Nacional de Historia Natural.
'Construyó un argumento convincente basado en que la estructura interna de la bestia era la de un hongo gigante, pero flaqueaba acerca del hecho de que nunca le fue posible encontrar una evidencia en forma de estructuras reproductivas que hubiese convencido al mundo de que era, efectivamente, un hongo', dijo Hotton. Compartiendo la autoría del diario Geology con Boyce, Hotton y el propio Hueber, estaban Marilyn Fogel, George cody y Robert Hazen del Carnegie Institution de Washington, y Andrew Knoll de la universidad de Harvard. Su trabajo fue subvencionado por el instituto de la NASA y por la Fundación del Petroleo de la Sociedad Química Americana (American Chemical Society Petroleum Fund). La investigación es interesante para los astrobiólogos porque el trabajo utiliza evidencias fósiles para ayudarnos a entender cómo la vida se desarrolla y evoluciona a través del tiempo. La investigación también puede proporcionar pistas acerca de la relación entre la vida antigua y el medio ambiente de la Tierra. Los Prototaxites vivieron por todo el mundo desde hace aproximadamente 420 millones de años hasta hace 350 millones de años. Durante este periodo, que abarca los periodos geológicos Silúrico y Devónico, el ambiente terrestre de la Tierra tenía un cierto aspecto alienígena in comparación con el mundo actual.
Durante el Devónico empezaron a diversificarse en tierra firme plantas vasculares simples, los ancestros de las coníferas, helechos y plantas con flores actuales. 'Inicialmente, son sólo tallos. No tienen raíces. No tienen hojas. No tienen nada parecido', dijo Boyce. Los miriápodos, los insectos sin alas y los gusanos estaban, por aquel entonces, viviendo en tierra firme entre los otros organismos, pero todavía no se habían desarrollado animales con columna vertebral fuera de los océanos. 'Aquel mundo era un lugar muy extraño', dijo Boyce. El paleontólogo canadiense Charles Dawson publicó la primera investigación sobre los Portotaxites en 1859, basada en ejemplares encontrados en las costas de Gaspé Bay en Quebec, Canada. Hueber estudió minuciosamente las notas de campo de Dawson, escribiendo 'con garabatos completamente ilegibles', dijo Hotton.
'Fran pasó meses descifrándolas en busca de pistas acerca de las localidades en las que fueron recogidos los ejemplares, de cómo Dawson los interpretó y otra información que ayudó a entender este humongous fungus', dijo. Además, Hueber viajó a Canadá, Australia y Arabia Saudí para recoger ejemplares. Los cortó en cientos de láminas delgadas y tomó miles de imágenes con el microscopio para determinar la identidad del organismo. Ahora, Boyce, Hotton y sus colegas han presentado pruebas independientes que apoyan el caso de Hueber. El equipo lo hizo analizando dos variedades -isótopos- de carbono contenidos en los Prototaxites y en las plantas que vivieron en el mismo ambiente hace aproximadamente 400 millones de años. El metabolismo de las plantas está limitado por la fotosíntesis. Obteniendo su energía del Sol y su carbono del dióxido de carbono del aire, cualquier tipo de planta contendrá un ratio similar de carbono-12 a carbono-13 al de otra planta del mismo tipo.
'Pero si eres un animal, te parecerás a lo que comas', dijo Boyce. Y los Prototaxites mostraron una variación mucho más amplia de su ratio de contenido en carbono-12 a carbono-13 del que se hubiese esperado en cualquier planta. Los procesos geológicos pueden alterar la composición isotópica de los fósiles, pero Boyce y sus colegas llevaron a cabo pruebas para verificar que la composición isotópica de carbono de los ejemplares que analizaron provenía de factores orgánicos en vez de geológicos. El por qué aquellos extraños organismos crecieron tanto 'me he preguntado si esto permitió a los Prototaxites distribuir ampliamente sus esporas, permitiéndoles ocupar hábitats pantanosos adecuados que podrían haber estado diseminados por el paisaje', dijo Hotton. Los relativamente sencillos ecosistemas devónicos realmente parecían no contener nada para evitar que creciesen lentamente durante mucho tiempo. Los animales que se alimentaban de plantas todavía no se habían desarrollado, dijo Boyce. Pero incluso si los Prototaxites no hubiesen sido consumidos por los dinosaurios y por los elefantes que vendrían mucho después, probablemente crecían demasiado despacio como para reconstruirse tras alteraciones normales de cualquier tipo, dijo Boyce. 'Cuesta imaginar a estas cosas sobreviviendo en el mundo actual', dijo.
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