Demasiado grandes para ser verdad
Para que un árbol perfectamente vertical no se derrumbe bajo su propio peso, es necesario que la madera de la que está constituido sea lo suficientemente resistente. Conociendo la resistencia de la madera, la altura máxima de un árbol podría llegar a ser alrededor de dos kilómetros. Al parecer no existe ningún árbol tan estrictamente vertical.
De hecho, es la necesidad de resistir la fuerza del viento la que impone a los árboles ciertas restricciones que limitan su tamaño. Bajo la acción del viento un árbol se deforma y curva. Entonces, su centro de gravedad no está cerca de la vertical del tronco y esto acentúa la deformación del árbol.
El equilibrio del árbol tiene lugar cuando la acción impuesta por el viento y el peso se compensa por la de la fuerza elástica del tronco. Si el viento es suficientemente fuerte, su acción prevalecerá y las tensiones generadas en el tronco superarán el límite de rotura de la madera. Es cuando los árboles no se inclinan por el viento que pueden llegar a su punto de ruptura. Esto también es aplicable para otras estructuras tales como chimeneas o torres. ¿Qué podemos deducir de esto? Bueno, para la supervivencia de los árboles tan grandes de Kashyyyk, es necesario que los vientos que barren la superficie tiendan a ser débiles y que las tormentas similares a las que sacuden de vez en cuando la costa occidental del mediterráneo sean muy raras.
Autor del original: Roland Lehoucq
Crédito de las imágenes: Lucasfilms Ltd.
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