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No tengo una lista de las 40 preguntas más populares sobre SETI pero, de haberla, esta sería una de las preguntas permanentes: “¿Podrían nuestros experimentos detectar señales de la Tierra?”

Por Seth Shostak
Instituto SETI
Publicado el 12 de junio de 2008

En otras palabras, si los mejores instrumentos de SETI se trasladaran a algún sistema estelar a decenas de años luz de distancia y se dirigieran fueran dirigidos hacia nosotros por extraterrestres curiosos, ¿serían estos lo suficientemente sensibles como para detectar cualquiera de nuestras transmisiones terrestres? ¿Podrían captar exitosamente nuestras señales de televisión, radio, radar o teléfonos celulares?

Bueno, la respuesta más completa pueden encontrarla en un artículo anterior en SPACE.com, pero en resumen la respuesta es “si”. Al menos para algunas de nuestras emanaciones terrestres. En particular los potentes radares terrestres serían visibles a esta distancia y más allá. Consideren que cuando la antena de Arecibo uso su radar de mega wats para transmitir hacia la dirección de un asteroide, la señal fue tan fuerte que nuestros mas delicados experimentos de SETI podrían haberla detectado a 500 años luz de distancia.

Los investigadores de SETI rutinariamente asumen que al menos algunos alienígenas locuaces tienen antenas realmente grandes para enviar potentes señales en nuestra dirección. Desafortunadamente, esta suposición optimista está comprometida con el llamado “problema de sincronización” que tienen que estar dirigidas hacia nosotros cuando nuestras antenas estén alineadas hacia ellos.

Para una antena realmente grande como Arecibo, cuyas emisiones se enfocan en apenas el 0.00001 por ciento del cielo, el problema de la sincronización es difícilmente insignificante. La analogía sería como “si las balas de dos cazadores se impactaran mutuamente”.

Bueno, he aquí un esquema que podría vencer ese problema, y dependería de que la Tierra fuera un objetivo obvio para algunos “cazadores”

Aquellos de ustedes que han seguido la actual búsqueda de planetas extra solares saben que la lista de mundos alrededor de otras estrellas es cercana a 300 (un número que parece competir con los precios de la gasolina).
La mayoría de estos planetas se han encontrado observando los bamboleos estelares, pero otros han sido descubiertos debido al tránsito: notando la leve disminución de una estrella cuando es (parcialmente) eclipsada por un planeta. Ahora imagine que invertimos esa idea, y consideramos que cualquier ET puede ver el tránsito en nuestro sistema solar. Alrededor de un uno por ciento del cosmos yace dentro de un cuarto de grado de la ruta del Sol a través del cielo y los vecinos galácticos que se encuentren en esta afortunada franja podrían - si tienen los telescopios, la paciencia y los recursos- detectar el tránsito de la Tierra (dura alrededor de 13 horas) que ocurre cada año. Estos tránsitos constituyen un reloj celestial. Un reloj que tanto nosotros como los extraterrestres pueden leer.

Entonces, si una sociedad extraterrestre que ha encontrado nuestro planeta y tiene la intención de contactarnos, podrían enviarnos un “sonido” calculado para llegar durante el medio día durante el que ocurre este mini eclipse. Y ya que ellos podrían estar enviando señales solo a un sistema estelar a la vez, ellos podrían hacerlo de manera económica. Si, ellos necesitarían conocer la distancia de su mundo al nuestro con un margen de apenas unas horas luz, pero es cuestión solamente de hacer buenas mediciones astronómicas. (Para evitar e-mails agresivos, hago notar que también es necesario conocer el movimiento de nuestro Sol desde o hacia su sistema estelar, para tomar en cuenta el ligero desplazamiento que ocurre cuando sus transmisiones están en ruta. Pero es algo sencillo de medir incluso para extraterrestres con talento mediano)

¿Cómo puede afectar esto en nuestras investigaciones de SETI? Bueno, podríamos hacernos receptivos a tales señales deliberadas simplemente dirigiendo nuestras antenas SETI en dirección opuesta al Sol. Eso significa apuntar al este justo después de cada puesta de Sol y rastrear el cielo al oeste al atardecer. Durante el día podríamos leer un buen libro o (mejor aún) ponernos a observar al segundo equipo SETI del otro lado del mundo.

Para evitar la jerga tecnológica, podemos decir que este esquema ofrece algo tan interesante como útil: nos dice a dónde apuntar nuestra antena y cuando. Esto puede mitigar una gran cantidad de improbables balas que puedan interceptar otras balas.

Para este propósito se busca usar el reciente Arreglo de Telescopios Allen (ATA) para buscar señales que vengan al menos del plano de la elíptica que han sido sugeridos por los científicos en Baltimor y en otras partes, y es posible que hayan escuchado al respecto en las noticias (para ser claros aquí hago notar que yo formo parte de esta propuesta también). No hay garantías de que tales observaciones resulten en la presencia de señal extraterrestre, pero –tal como sucede con la diplomacia internacional, ser capaces de ver una segunda intención o motivo en el comportamiento de otros puede sernos beneficioso.


Traducido para Astroseti por Lourdes Cahuich