El 17 de Agosto de 2017, los científicos hicieron historia con la primera observación directa de la unión entre dos estrellas de neutrones.
Era el primer suceso cósmico detectado tanto por ondas gravitacionales como el espectro completo de luz, desde rayos gamma a emisiones de radio.
El impacto también creó una kilonova - una explosión turbocargada que instantáneamente creó el oro y el platino para varios cientos de planetas Las observaciones ofrecieron la primera evidencia inequívoca de que las kilonovas producen gran cantidad de metales pesados, confirmando la teoría. Los astrónomos sospechan que todo el oro y platino de la Tierra se formó como resultado de antiguas kilonovas creadas durante la colisión de esterllas de neutrones.
Basados en los datos del suceso de 2017, primero observado por el Observatorio Interferómetro Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO), los astrónomos comenzaron a ajustar sus suposiciones de como debería verse una kilonova para observadores desde la Tierra. Un equipo dirigido por Elena Troja, una científica asociada del Departamento de Astronomía de la Universidad de Maryland, re-examinó los datos de una explosión de rayos gamma observada en Agosto de 2016 y encontró nuevas pruebas de una kilonova que había pasado desapercibida durante las observaciones iniciales.
El Observatorio Swift Neil Gehrels de la NASA empezó a seguir el suceso de 2016, llamado GRB160821B, minutos después de que fuera detectado. La captura rápida permitió al equipo de investigación obtener nuevos datos que se desconocían de las observaciones de la kilonova del suceso LIGO, que no comenzó hasta casi 12 horas después de la colisión inicial. Troja y sus colegas informaron de estos nuevos hallazgos en la revista Monthly Notices de la Real Academia de Astronomía el 27 de Agosto de 2019.
"El suceso de 2016 era muy excitante al principio. Era cercano y visible con cualquier telescopio grande, incluido el Telescopio Espacial Hubble. Pero no encajaba con nuestras predicciones - Esperábamos ver una emisión en infrarrojos que fuera más y más brillante durante varias semanas", dijo Troja, que también colabora con el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA. "Diez días después del suceso apenas había señal. Estábamos muy desilusionados. Entonces, un año después, ocurrió el suceso LIGO. Observamos nuestros viejos datos con nuevos ojos y nos dimos cuenta de que en realidad habíamos captado una kilonova en 2016. Fue casi un encaje perfecto. Los datos infrarrojos de ambos sucesos tienen luminosidades similares y exactamente la misma escala de tiempo."
Las similitudes entre los dos sucesos sugieren que la kilonova de 2016 también fue el resultado de la fusión de dos estrellas de neutrones. Las kilonovas podrían surgir también de la unión de un agujero negro y una estrella de neutrones, pero se desconoce si un suceso así tendría otra firma en observaciones en rayos-x, infrarrojo, radio y luz óptica.
Según Troja, la información recogida en el suceso de 2016 no contiene tanto detalle como las del suceso LIGO. Pero la cobertura de esas primeras horas reveló importantes novedades sobre las etapas tempranas de una kilonova. Por ejemplo, un equipo realizó la primera observación del nuevo objeto que permaneció después de la colisión, que no es visible en los datos del suceso LIGO.